En el complejo mundo del consumidor, puede ser difícil encontrar el camino correcto para escoger el espinoso protagonista de la época navideña.
¿Debería elegir un abeto, pino o pícea? ¿O tal vez ya es hora de intentar con árbol artificial? Con el tiempo, los consumidores se han vuelto mucho más conscientes, ambientalmente hablando, sobre el lugar del que provienen sus árboles de Navidad y lo que ocurre con ellos cuando llega el año nuevo.
¿Cuál es más ecológico: natural o artificial? La respuesta sencilla es que todo depende.
Los árboles de Navidad naturales que aún conservan sus raíces –los que pueden ponerse en una matera o ubicarse en el interior de las casas– dejan una huella de carbono insignificante.
La Navidad está próxima a llegar y con ella todos los preparativos para recibir las fiestas de fin de año. Y aunque a veces el entusiasmo raya en el desperdicio y la generación de basura, lo cierto es que existen formas de vivir una Navidad sostenible. Desde moderar la comida para evitar el desperdicio alimenticio, uno de los principales problemas a nivel mundial, hasta envolturas de regalos ecológicas. Pero quizá el mayor desafío para aquellos cuidadores del medio ambiente, sea la elección del árbol. ¿Cuál es la opción más sostenible para el medio ambiente, un árbol de Navidad real o falso?
Árbol de Navidad real Vs. Árbol falso
Ninguno de los dos es enteramente sostenible por sí solo, entran en juego otros factores que más adelante tocaremos. Definitivamente si lo que se busca es una opción completamente ecológica, habrá que declinarse por otras alternativas como pueden ser plantas de temporada que se pueden adornar muy ad hoc. Otra opción son los árboles de madera reutilizables que también dan un toque muy navideño, aunque minimalista.
Pero si abandonar por completo el árbol de Navidad tradicional no forma parte de la idea central, entonces hay que dejar claro que la mejor opción es el árbol real frente al falso. Esto se debe a que los árboles falsos están fabricados a base de acero y PVC, que es el tipo de plástico más atroz no renovable derivado del petróleo. Queda claro que el material una vez que entre en circulación, no desaparecerá en el medio ambiente por obra de magia y que, por lo tanto, no es la opción más sostenible. Pero a esto hay que agregar que la mayoría de ellos se fabrican en China, así que su traslado hasta donde quiera que se encuentre, le costará a la atmósfera unas cuantas toneladas de dióxido de carbono.
Puede que a la larga, el árbol de Navidad falso pueda resultar menos dañinos para el medio ambiente, pero para que se vuelva un asunto sostenible, estamos hablando de más de dos décadas. Si comprara un solo árbol para toda la vida, quizá el falso sea lo mejor, aunque siendo sinceros la renovación de la decoración navideña emociona a los compradores.
Si se está preguntando qué sucede con los árboles reales, tenemos que decir que sí que existen algunos contras, aunque tienen solución. La mayor problemática es que las granjas de pinos navideños utilizan pesticidas para mantenerlos libres de plagas. En ese sentido, se dañan insectos en el camino y también se contamina el medio ambiente. Sin embargo, esto se puede resolver buscando un sitio sostenible y responsable que utilice productos orgánicos y no dañinos para el medio ambiente.
El segundo contra más visible, es la forma en que se desecha el árbol una vez que ha concluido la Navidad. Pero las prácticas de cada comprador pueden modificarse y volverse sostenibles, lo que se verá reflejado en un beneficio para el medio ambiente. Existen cientos de lugares alrededor del mundo, ya sean programas privados o gubernamentales, que ofrecen el correcto desecho de los árboles para convertirlos en abono. Es importante recordar que aunque el árbol haya secado sus hojas, sigue siendo material orgánico que se puede utilizar con fines medioambientales.
La mejor opción de árbol de Navidad para el medio ambiente
Como hemos visto, tanto el árbol falso de Navidad como los reales, tienen sus pros y contras para tomarlos como una opción sostenible para el medio ambiente. Si sólo se piensa en estas dos opciones, la mejor siempre será el árbol real cortado, aunque existe una alternativa todavía mejor y esos son los árboles en maceta.
Existen lugares donde se pueden rentar árboles vivos para la temporada navideña. Los entregan en maceta sin tener que cortarlos de raíz, así no se afecta el crecimiento y se respetan sus vidas. Aunque siempre está la posibilidad de plantar uno en casa, ya sea en el jardín, si es que cuenta con el espacio, o en maceta. Se pueden comprar ya de buen tamaño para no esperar su evolución hasta que estén grandes. El desafío de esta alternativa radica en el cuidado del nuevo integrante de la familia.
¿Cómo cuidar un árbol de Navidad?
El sustrato adecuado para plantar un árbol es la base del éxito en su crecimiento. La tierra debe ser rica en minerales y otras sustancias que se encuentra naturalmente en la tierra. Pida asesoría a su vivero para la variedad de especie que desea adquirir, así como recomendaciones de cuidados adicionales.
Elija una ubicación idónea para el árbol, tiene que ser un sitio fresco en donde pueda tener acceso a la luz natural del sol. Procure mantenerlo lejos de calefacciones y aires acondicionados, simplemente requiere de corrientes de aire naturales.
El riego adecuado es crucial para toda planta y los árboles no son la excepción. Al ser más grande que las plantas convencionales del hogar, requerirá cantidades más grandes de agua, pero hay que poner especial cuidado en no ahogarlo. Para esto la maceta donde se colocará previamente debe contar con un buen sistema de drenaje que permita la salida del excedente de agua. Se debe regar regularmente, evitando que la tierra se seque por completo. Puede colocar mantillas encima del sustrato para evitar que se seque rápido y mantenga su humedad por más tiempo.
Y por último, cuando llegue la época de adornar, hágalo con cuidado de no estropear sus ramas. Los adornos pesados no son la mejor alternativa, así que eche a volar su creatividad y construya una nueva decoración para acompañar a su amigo arbóreo.