Casi 3.000 incendios consumen a la Amazonia brasileña

Durante el mes de febrero se registraron masivos incendios a lo largo de la región tropical de Brasil, considerada parte del pulmón de planeta Tierra. Los ambientalistas definen la situación como una verdadera catástrofe ambiental.

El 65% de la selva amazónica está en Brasil y se estima que desde 1970 ha perdido unos 700.000 km² que han sido deforestados. Esta área es equivalente a la superficie de Francia y Bélgica y representa el 80% de toda la deforestación reciente en la Cuenca Amazónica.

A pesar de la destrucción del Amazonas brasileño, la selva sigue siendo la masa más grande de bosque tropical en el mundo, pero en los últimos años ha sido sometida por incendios muy graves, y en los últimos meses de este 2024 se registró el peor impacto, así lo indican los especialistas.

El Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales, INPE, informó que los satélites habían detectado 2.940 incendios en febrero, un 67 por ciento más que el máximo anterior de 1.761 registrado en febrero de 2007 y cuatro veces más que en el mismo mes del año pasado.

«El factor climático ciertamente juega un papel fundamental en esta anomalía«, dijo Ane Alencar, directora científica del instituto de investigación IPAM Amazonia.

Incendios bajo una sequía histórica

La parte norte de la selva tropical fue la más afectada, particularmente el estado de Roraima, hogar de la reserva indígena yanomami.

«Hemos visto a la Tierra batir… récords de temperatura. Cada año es el año más caluroso y esto tiene una sinergia con fenómenos climáticos» como las sequías, afirmó Alencar.

La sequía devastó la Amazonia brasileña entre junio y noviembre del año 2023, provocando enormes incendios, reduciendo o eliminando importantes reservas de agua, causando estragos en la vida silvestre y afectando a millones de personas.

Un estudio realizado el mes pasado por World Weather Attribution (WWA) dijo que el cambio climático fue el principal impulsor de la «sequía excepcional» en la selva tropical más grande del mundo.

La WWA es un proyecto científico que busca cuantificar cómo el cambio climático influye en la intensidad y probabilidad de un evento extremo en particular.

Este «estrés» ambiental, afirmó Alencar, «genera todas las condiciones necesarias para que cada incendio se convierta en un gran incendio«, añadiendo que algunos de los incendios pueden haber sido consecuencia de la tala de bosques para la agricultura.

La deforestación a menos

Las cifras publicadas el mes pasado mostraron que la deforestación en la Amazonía brasileña se había reducido a la mitad el año pasado cuando el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva reforzó la vigilancia ambiental.

El monitoreo satelital detectó 5.152 kilómetros cuadrados de cubierta forestal destruidas en la parte brasileña de la selva tropical el año pasado, un 50 por ciento menos que en 2022.

Eso todavía representa una pérdida 29 veces mayor que la de Washington DC en la parte que le corresponde a Brasil de la selva tropical más grande del mundo, cuyos árboles absorbentes de carbono desempeñan un papel vital para frenar el cambio climático.

Un brigadista del Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) trabaja para apagar un incendio en Apuí, Amazonas, Brasil- © Ueslei Marcelino / Reuters

Imagen de postada de la nota: Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA)

Con información de: https://www.tiempo.com/

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