La albahaca, una de las hierbas para cocinar más deliciosas, es tan fácil de cultivar que todo el mundo debería tener su propia planta de albahaca en sus casas!
Hoy te mostraremos como cultivar albahaca en interiores. La albahaca no solo es maravillosa en todo tipo de platos, pero también es una de las mejores plantas medicinales para cultivar en casa. su fuerte, pero también natural y refrescante sabor trae un montón de sabores a ensaladas, sopas, estofados, y otros platos.
¿A quién no le gusta el delicioso aroma de la albahaca?. Ideal para darle sabor a nuestras comidas, esta planta es muy fácil de cultivar, por si queremos tener nuestra propia dotación a mano.
Se puede cultivar a través de semillas de una planta adulta o se pueden comprar las semillas en alguna casa especializada. Lo que tenemos que tener en cuenta es que, si bien la podemos plantar en el lugar que queramos, siempre es más sencillo hacerlo en una maceta y luego trasplantarla.
La época ideal para que la albahaca prenda bien es la primavera, se puede cultivar a mediados o finales de esta, ya que es una planta que no soporta el frío. De hacerlo en épocas más frías podremos mantenerla, pero dentro de nuestra casa evitando corrientes frías.
Lo único que necesitaremos para plantar albahaca es una maceta, tierra fértil y las semillas. Una vez que tenemos esas cosas, debemos introducir las semillas en la tierra, cubrirlas con la tierra y luego agregar agua.
El siguiente paso es ubicar la maceta en un lugar bien luminoso, osea una ventana o un balcón para que reciba toda la luz que se pueda y no olvidarnos de regarla, teniendo cuidado de no inundarla.
Cuando la planta de albahaca comience a brotar la podemos dejar en la maceta hasta que los brotes tengan una altura de 10 cm. Este va a ser el momento en que la podremos trasplantarla siempre prestando atención a no dañar las raíces en el proceso.
Para esto debemos contar con una maceta más grande, de mayor profundidad de tierra que debe estar abonada y seca, para luego introducir la planta sin doblar las raíces. Una vez terminado el proceso, basta con repetir el regado, el que debe ser frecuente pero sin excesos y con un buen drenaje.
De esta manera conseguiremos una fuerte y buena planta de albahaca para utilizar sus ojos cuando llega la temporada, así que, manos a la obra.
Fuente: http://20 minutos.