Se trata de especies de camarones son nativas de la Cuenca del Plata y consumen larvas y pupas de mosquitos. Esta iniciativa se activó a causa de los recientes episodios de plagas de estos insectos.
Ante las condiciones de humedad actual, con la vegetación den entorno verde y abundante, en conjunto con las temperaturas elevadas, la posibilidad de que haya transmisión de dengue está absolutamente relacionada con la abundancia de los mosquitos, por supuesto, asociada a la rápida proliferación de las larvas ante estas condiciones óptimas para su evolución. Lluvia, humedad y temperaturas cálidas son factores indispensables que requiere el mosquito para reproducirse. Y al haber más mosquitos hay más probabilidad de que –si hay casos, como está habiendo– piquen y transmitan dengue.
En lo que va de este 2024, Argentina registró un incremento de casos de dengue que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias en muchas provincias, sobre todo en la región del Litoral y área pampeana.
A raíz de la preocupación que esto genera a la población, especialistas del INTA y del Conicet evaluaron los beneficios que puede, tener si cultivan peces, produciendo especies nativas de peces y camarones en cuerpos de agua artificiales urbanos y periurbanos.
Ya que los peces se consideran enemigos naturales por excelencia de larvas y pupas de mosquitos son un método efectivo de control biológico que permite reducir la presencia de mosquitos transmisores de enfermedades si se cultivan peces.
Combatiendo mosquitos y disminuir riesgo de enfermedad
La aparición de enfermedades trasmitida por los mosquitos son varias, y para mencionar algunas como ser la Malaria, dengue, chikungunya, fiebre amarilla y Zika. Con el objetivo de reducir la presencia de estos insectos si se cultivan peces, un equipo de investigación del INTA y del Conicet evaluó los beneficios de producir especies nativas de peces y camarones en cuerpos de agua artificiales urbanos y periurbanos.
“Algunas especies nativas de peces y camarones son enemigos naturales de las larvas de mosquitos”, explicó Ariel Belavi -referente nacional de acuicultura del INTA-. Es que, según detalló, “la especie Australoheros facetus -conocida como chanchita, castañeta, cará o chata- es un pez que habita en la cuenca del Plata capaz de consumir más de 500 larvas de mosquito en menos de un día. Esto los hace ser un efectivo enemigo natural de los mosquitos y un excelente controlador biológico”.
A su vez, existen otras especies nativas que pueden cultivarse y producirse en espejos de agua artificiales y que también consumen larvas y pupas de mosquitos, tales como el camarón de río (Macrobrachium borellii) y el camarón fantasma o camarón de agua dulce (Palaemon argentinus).
“Estos crustáceos que habitan en ambientes de agua dulce en el centro de América del Sur pueden ser utilizados para controlar las poblaciones de estos insectos, incluso los de las especies Aedes sp, Anopheles sp y Culex sp, de relevancia por el potencial de transmitir enfermedades”, especificó Belavi.
En este punto, Pablo Collins -investigador del Conicet– subrayó: “Estas dos especies de camarones son nativas de la Cuenca del Plata y consumen larvas y pupas de mosquitos”.
Se los suele encontrar en lagunas someras, estanques y ríos, ya que toleran un amplio rango de condiciones ambientales. “Se reproducen en los ambientes dulciacuícolas sin necesidad de migrar a los marinos como lo hacen otros camarones”, detalló Collins y agregó que su alimentación es omnívora utilizando los recursos tróficos que encuentran en el fondo de estos ambientes, en la columna de agua y entre la vegetación acuática.
“Pueden consumir 40 larvas por día”, aseguró el investigador del Conicet, quien no dudó en aclarar que las densidades de estos camarones en los ambientes naturales o en cultivos pueden alcanzar los 500 ejemplares por metro cuadrado.
Mosquitos: pequeños, pero peligrosos
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las patologías transmitidas por mosquitos provocan unas 700 mil muertes al año. De allí que, a pesar de su tamaño, sea quien más amenaza la vida humana. Controlar la presencia de estos insectos, es un modo de reducir la incidencia de las enfermedades que transmiten.
“Los mosquitos de la familia Culicidae son reconocidos debido a que además de picar y molestar pueden ser vectores de diversas enfermedades”, indicó Collins, al tiempo que agregó: “Tres géneros de esta familia, entre otros, son de relevancia por el potencial de transmitir enfermedades: Aedes sp, Anopheles sp y Culex sp”
Según detalló el especialista del Conicet, estos insectos son los que proliferan en el agua encharcada en objetos o jardines de las casas como también en los ambientes acuáticos de poca profundidad y con muy poco movimiento.
Con información de: https://noticiasambientales.com/
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