El asombroso fenómeno de la “nieve sandía», de color rosa y con olor a fruta

El fenómeno se conoce como nieve rosada, y en inglés se le llama «watermelon snow» o «nieve sandía».

El tono de la nieve se debe a la presencia de una especie de alga, Chlamydomonas nivalis, que prospera en temperaturas heladas y en agua líquida y vive en la nieve, señalaron las autoridades del parque.

«El alga es típicamente verde, pero contiene un pigmento rojo especial llamado un carotenoide que actúa como una barrera protectora, protegiendo la clorofila de las algas», agregaron.

«Dado que la clorofila es necesaria para su supervivencia, el alga utiliza este tipo natural de protector solar para protegerse de demasiado calor y daños por la radiación UV» (Ultravioleta).

En lo alto de las montañas perdura la esencia misma del invierno. Con sus grandes glaciares de hielo cubiertos por paisajes de nieve de un blanco prístino. Aunque en algunas regiones del mundo este escenario se transforma por periodos, la nieve cambia de color y se vuelve rosácea, un fenómeno conocido como “nieve sandía” y no precisamente por su tonalidad, sino por su olor a frutas.

En la Sierra Nevada de California o en las montañas de Colorado, habita un ser vivo que por sí sólo no podría observarse con ojos humanos, pero que en conjunto con millones de compañeros logra llamar nuestra atención. Son estos seres misteriosos los que logran transformar la impoluta nieve a regiones de color rosáceo, un fenómeno natural que se conoce como nieve de sandía.

Desde tiempos antiguos, la nieve de sandía hace su aparición en ciertas regiones nevosas como los Alpes Suizos u otras zonas montañosas. Sin embargo, en tiempos más recientes el color rosa ha ido pintando cada vez más los paisajes nevosos. Se cree que el detonante es el calentamiento global y para comprender su incidencia, primero hay que comprender qué es la nieve rosa.

nieve sandía de color rosa
Ralph Lee Hopkins.

El mundo microscópico de la nieve sandía

La respuesta del porqué de este fenómeno la hallamos a escala microscópica. Quizá ante nuestra vista la nieve es simplemente una mancha uniforme de pequeños componentes de hielo. Sin embargo, a nivel micro se entremezclan con ella millones de microorganismos. Y justamente un tipo de estos seres, que se llaman algas Chlamydomonas nivalis, son las responsables de la característica tonalidad de la nieve sandía. Aunque curiosamente no recibe su nombre por la similitud de textura y color con la fruta, sino porque huela e incluso sabe a sandía. No obstante, cabe aclarar que su consumo es altamente peligroso y no debe hacerse bajo ninguna circunstancia.

primer plano de la nieve sandía
Ralph Lee Hopkins.

Este tipo de algas utilizan un mecanismo de defensa para protegerse de la luz ultravioleta procedente del Sol. Activan en sus organismos ciertas moléculas conocidas como astaxatina, que les proporciona esa pigmentación característica. Se ha observado este comportamiento en diferentes glaciares del mundo y ha aparecido de manera natural durante milenios. Sin embargo, en el presente se ha visualizado más frecuentemente y ha levantado la preocupación de los expertos, ya que puede traer graves consecuencias para el planeta.

No es que las algas sean dañinas per se para el planeta, sino que la tonalidad de la nieve rosácea en la superficie de los glaciares absorbe más cantidad de luz solar. Lo que a su vez ocasiona que la nieve circundante se derrita más velozmente. Por eso es que el aumento de la floración de algas despierta preocupaciones entre los científicos. Y aunque faltan más investigaciones al respecto, la nieve sandía podría significar que el cambio climático ya ha llegado hasta los lugares más recónditos del planeta.

Vía: https://ecoosfera.com/

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