Una interesante imagen revela un intenso enfriamiento en dos de las principales lunas del planeta Júpiter.
Esta Imagen muestra dos de las lunas de Júpiter, las heladas Ganímedes y Europa, fotografiadas en el infrarrojo con el instrumento SPHERE, instalado en el Very Large Telescope de ESO. Mientras que Europa es bastante similar en tamaño a nuestra propia Luna, Ganímedes es la luna más grande de todo el Sistema Solar, ¡es incluso más grande que el planeta Mercurio!
Europa: Tiene 3.138 Km. de diámetro. Su órbita se sitúa entre Ío y Ganimedes, a 671.000 Km. de Júpiter. Da una vuelta cada tres días y medio.
El aspecto de Europa es el de una bola helada con líneas marcadas sobre la superficie del satélite. Probablemente son fracturas de la corteza que se han vuelto a llenar de agua y se han helado.
Ganimedes: Es el satélite más grande de Júpiter y también del Sistema Solar, con 5.262 Km. de diámetro, mayor que Plutón y que Mercurio. Gira a unos 1.070.000 Km. del planeta en poco más de siete días.
Parece que tiene un núcleo rocoso, un manto de agua helada y una corteza de roca y hielo, con montañas, valles, cráteres y ríos de lava.
Sus órbitas alrededor de Júpiter son ligeramente elípticas, por lo que se acercan y se alejan del planeta a medida que lo orbitan. Esto da como resultado que, en intervalos periódicos, las lunas se estiran y se deforman por la atracción gravitatoria de Júpiter, generando calor por la fricción y calentando el interior de las lunas, lo que las convierte en geológicamente activas. Es probable que Europa, en particular, tenga penachos activos y géiseres que brotan de los océanos de agua líquida que hay bajo de la gruesa capa de hielo que compone la superficie.
Las estimaciones sobre la abundancia de especies químicas en las superficies de aspecto marmóreo de estas lunas se podrían hacer gracias a estas nuevas imágenes y también a los espectros, que han sido publicados en dos estudios de Oliver King y Leigh N. Fletcher, de la Universidad de Leicester (Reino Unido). Ambos descubrieron que las regiones brillantes de Ganímedes están formadas, principalmente, por agua en forma de hielo con pizcas de varias sales, y que se han formado más recientemente que las manchas más oscuras, que son más antiguas y cuya composición sigue siendo un misterio para la comunidad astronómica.
Observar estas lunas con telescopios terrestres es un desafío, porque se ven tan pequeñas como una moneda de 1 euro vista desde 3-5 km de distancia. La atmósfera de la Tierra desenfocaría completamente estas imágenes, pero el sistema de óptica adaptativa de SPHERE corrige estas distorsiones, proporcionando imágenes muy nítidas y detalladas de áreas de un tamaño tan pequeño como 150 km.
Fuente: https://www.eso.org/public/