Esta playa paradisiaca esconde una tóxica contaminación

Rosignano Solvay, una playa en Italia que se destaca por su apariencia idílica y también por su contaminación tóxica que le brinda su belleza exótica. 

Aguas turquesas y una arena blanca y fina. Cualquiera diría que la playa italiana de Rosignano Solvay (perteneciente a la ciudad de Rosignano Marittimo, situada en la región de la Toscana) es uno de esos paraísos que esconde el Caribe. Nada más lejos de la realidad. Esta zona costera que triunfa en Instagram presenta este aspecto debido a los desechos de la producción de carbonato de sodio que vierte a la playa la cercana fábrica de Solvay.

Esta planta química arrojó al mar durante el año 2016, entre otras sustancias, 2,67 toneladas de arsénico, 52,6 kilogramos de mercurio o 106 toneladas de fósforo, según un estudio realizado por el Registro Europeo de Emisiones y Fuentes Contaminantes.

La combinación de arena, mar y sol convierten a las playas en santuarios de la paz mental. Estos sitios suelen ser muy apreciados por los turistas, ya sea que busquen diversión, tranquilidad o un hermoso paisaje para admirar. No existen dos playas iguales, cada una tienen una belleza peculiar que las vuelve inigualables. Las hay de arena color rosa, negra, violeta y hasta de cristales de colores.

Aguas de color turquesa y una arena prístina de color blanco, cualquiera pensaría que Rosignano Solvay escapó al paraíso del Caribe para instaurarse en Italia. No hay nada más lejano de la realidad que esto. La zona costera que es famosa por sus visitantes que buscan fotografiar su paradisiaca arena, tiene este aspecto debido a los desechos de carbonato de sodio que produce Solvay, una empresa química de la región.

Una belleza tóxica

La planta química arroja constantemente al mar toneladas de arsénico, mercurio y fósforo. Según la Organización Mundial de la Salud, la playa Rosignano Solvay, que se encuentra cercana a la localidad de Livorno, es una de las regiones más contaminadas de todo el Mediterráneo. La planta química Solvay, se encarga de producir bicarbonato de sodio, ácido clorhídrico y agua oxigenada. Y durante casi un siglo se ha posicionado como una de las empresas más importantes de la región. Pero también se ha encargado de contaminar el mar, aunque el efecto que ha dado al paisaje no es el de una playa precisamente contaminada. Todo lo contrario, ha pintado la arena de un blanco suave que a su vez convierte el agua del mar en color turquesa.

Y aunque la playa parece más bien un lugar paradisiaco, las consecuencias de los desechos vertidos al mar son graves. Las arenas están compuestas en un 90% por piedra caliza molida y el otro 10% por cloruro de calcio. Eso sin contar las cantidades de arsénico y mercurio que también se han depositado en el mar.

Los turistas acuden al lugar para darse baños de mar y sol. Aunque la afluencia de personas sugiere que existe mucha desinformación al respecto del estado real de la playa. Las restricciones no incluyen la prohibición de entrar al mar, únicamente se prohíbe entrar en la zona de descarga de desechos de Solvay y hasta un radio aproximado de 50 metros.

Por esto existe controversia entre la desinformación, la afluencia concurrida de turistas y aquellos que están al tanto de la contaminación y los daños que puede ocasionar. Aunque el aspecto de la playa no sea negativo, la descarga de contaminación tóxica de parte de la planta química debería representar un problema sanitario urgente para Italia, que parece no ganar la suficiente relevancia como para hacer algo al respecto.

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