Cada año, se estima que ocho millones de toneladas de plástico terminan en el océano. Según la ONU, si no se hace nada, habrá más desechos plásticos que peces en los océanos para 2050.
Cansado de golpear estos objetos flotantes durante sus carreras y ver que los lugares paradisiacos se convierten en vertederos, un aventurero oceánico francés, Yvan Bourgnon, decidió luchar contra este flagelo global. Él y su equipo han diseñado Manta, un velero de limpieza del mar que come plástico y funciona con energía renovable. El velero de limpieza del mar, literalmente recoge basura plástica y la convierte en combustible para ayudar a impulsar la embarcación.
Yvan Bourgnon, que cuenta con años de experiencia en carreras de veleros por los océanos del mundo, es el cerebro de esta empresa. El aumento constante de encuentros con campos flotantes de basura en el océano le inspiró para iniciar el proyecto SeaCleaners y construir Manta, un catamarán de 56 metros impulsado por una combinación de tecnología avanzada de velas y motores eléctricos.
El gigantesco velero será el primero de su clase capaz de recoger, procesar y recuperar grandes cantidades de residuos plásticos marinos. Construido con acero de bajo contenido en carbono, Manta cuenta con un sistema de propulsión híbrido eléctrico personalizado que permite maniobrar a baja velocidad para operaciones delicadas (como la entrada y salida de los puertos), así como para la recogida de residuos, que se realiza a 2 o 3 nudos. Ágil y energéticamente eficiente, Manta puede alcanzar una velocidad máxima de más de 12 nudos.
Unos 500 kW de energía renovable a bordo se generan a través de dos turbinas eólicas, 500 metros cuadrados de paneles solares fotovoltaicos, dos hidrogeneradores bajo el barco y una unidad de conversión de residuos en energía (WECU). El suministro de energía procedente de fuentes renovables permitirá al Manta funcionar el 75% del tiempo de forma autónoma, sin usar combustibles fósiles y con una huella medioambiental mínima.
Gracias a una combinación única de medios de recogida, Manta podrá recoger tanto macrodesechos flotantes como desechos más pequeños a partir de 10 milímetros y hasta un metro de profundidad. Dependiendo de la densidad y la proximidad de las capas de residuos, el barco puede recoger entre 1 y 3 toneladas de residuos por hora, con el objetivo de recoger entre 5 y 10.000 toneladas al año.
Manta es el primer barco autosuficiente capaz de procesar entre el 90 y el 95% de los residuos de plástico recogidos mientras está en el mar. Los transportadores de recogida de residuos -similares al sistema de buques interceptores de tercera generación del proyecto Ocean Cleanup– traen los residuos a bordo. Una unidad de clasificación de residuos separa manualmente los residuos según su tipo. A continuación, una unidad de conversión de residuos en energía convierte los residuos recogidos en electricidad mediante el proceso de pirólisis, que, a su vez, alimenta todo el equipo eléctrico del Manta. Este método ecológico apenas emite CO2 ni contaminantes al aire.
Además, puede acoger misiones científicas internacionales, gracias a sus instalaciones de investigación a bordo. De 6 a 10 científicos a la vez pueden subir a bordo del Manta para realizar misiones a bordo. Los datos recogidos serán completamente accesibles a través de Open data.
Manta intervendrá principalmente en Asia, África y América del Sur, en zonas estratégicas donde la contaminación por plásticos marinos es especialmente densa. El buque también podrá intervenir rápidamente en zonas contaminadas tras una catástrofe natural o climática (ciclones, tsunamis, etc.).
Todavía no se ha confirmado el astillero, pero Bourgnon ha estimado un plazo de dos años para la construcción del primer modelo, cuya entrega está prevista para finales de 2024. El proyecto SeaCleaners se suma a una oleada de nuevas iniciativas destinadas a limpiar los océanos de plástico en los últimos años, como el proyecto Ocean Cleanup.