La principal región agrícola del país finalmente recibió las lluvias que tanto necesitaba. No obstante, la oportunidad para sembrar maíz temprano ya ha pasado, lo que provocará una notable reducción en el área dedicada a este cultivo, que será reemplazada por la siembra de soja.
Las últimas dos semanas han sido cruciales para el sector agropecuario, marcando un punto de inflexión en el ciclo productivo, especialmente en el desarrollo del trigo y en la siembra de cultivos de verano. Entre el 21 y el 24 de este mes, la región recibió un promedio de 76 mm de agua, según 36 estaciones de GEA/BCR. Sumando las lluvias previas, el total alcanzó los 136 mm, superando los 100 mm que suele registrar octubre en su totalidad.
De acuerdo con el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, el mayor registro fue en María Teresa con 128 mm, seguido por Classon, Labordeboy, Santa Teresa y Pozo del Molle, donde se midieron entre 106 y 112 mm. Fuera de la región núcleo, el alivio fue más limitado, afectando al sur de La Pampa, el sur de Buenos Aires y el NOA.
A pesar de estas buenas noticias, la campaña no está exenta de desafíos, ya que nos encontramos en un periodo de extremos climáticos que pueden provocar estrés abiótico en los cultivos. La entidad rosarina señaló que la recuperación del suelo es desigual; en el sudeste de Córdoba, por ejemplo, algunas áreas han pasado de sequía a un potencial exceso de agua en solo 10 días, mientras que el norte de Santa Fe aún enfrenta déficits hídricos.
Los mapas de precipitación han comenzado a mostrar colores que indican mejoras, dejando atrás la sequía. Sin embargo, es importante recordar que, según informes recientes, el 80 % de la región estaba en condiciones de sequía, y ahora un 38 % presenta exceso o abundancia de agua, mientras que solo un 10 % sigue en escasez.
Actualización agrícola: ¿Qué sucede con nuestros cultivos?
En lo que respecta al trigo, las lluvias llegaron en el momento adecuado para evitar un desastre en la producción, aunque algo tarde. Inicialmente, se estimaba un rendimiento potencial de 39 qq/ha en la zona núcleo, pero la falta de lluvias significativas había reducido esta proyección en un 10 %. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, las precipitaciones se presentaron durante la fase de llenado del grano, lo que debería mejorar su peso. Sin embargo, la falta continua de agua acortará esta etapa, y se anticipan rendimientos muy variables, alrededor de 35 qq/ha.
A nivel nacional, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó en su último informe que las áreas con mayor potencial productivo, como el núcleo sur agrícola, mantienen altas expectativas tras las lluvias, con algunos rendimientos pronosticados que podrían superar el promedio de los últimos cinco años.
Siembra de granos: Caída del maíz y aumento de la soja
La siembra de maíz destinado a grano comercial ha alcanzado el 28,9 % de las 6,3 millones de hectáreas previstas para esta campaña. Informes de la bolsa porteña señalan que en algunas regiones del centro y sur de Santa Fe se han registrado emergencias desiguales, aunque los casos de re-siembra han sido mínimos.
El impacto más significativo en el cultivo se ha sentido en la zona núcleo, donde se proyecta que la siembra temprana se reducirá en un 52 % en comparación con el ciclo anterior. El año pasado, en esta misma fecha, las condiciones climáticas también complicaron la siembra, y solo se habían sembrado 870.000 hectáreas, aunque existía la opción de sembrar tarde. Sin embargo, nadie contaba con la llegada de la chicharrita, que afectó gravemente los cultivos. La Bolsa de Comercio de Rosario mencionó que «este año la situación es diferente: son muy pocos los productores que consideran sembrar maíz tardío ante la necesidad». La ventana de siembra se ha cerrado, dejando un 30 % del área proyectada sin cultivar.
Incremento en la siembra de soja
Las noticias son más alentadoras para la soja, que ha reactivado su siembra gracias a las recientes lluvias, lo que podría llevar a un aumento en el área sembrada. La próxima semana, se prevé un gran movimiento de sembradoras en todas las zonas productivas, con la expectativa de incorporar 980.000 hectáreas adicionales a las ya planificadas. Muchas hectáreas que originalmente se destinaron al maíz se han descartado, ya sea por el temor a la chicharrita o por la escasez de humedad. Como resultado, se espera que la superficie de siembra de soja alcance las 5,5 millones de hectáreas solo en la región núcleo, lo que representa un aumento del 20 % en comparación con la campaña anterior, y podría acercarse a los 20 millones de hectáreas a nivel nacional.