¿Saben lo qué es esto?

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La tierra desecada certifica lo que deja el agua tras de sí cuando se retira irremediablemente, como cuando se derriten los hielos polares o las nieves eternas de los grandes cordones montañosos, porque el blanco azulado se vuelve marrón.

Desde el cielo no se ven los expedientes de infracción que llegan a España de Bruselas cuando en los despachos de la Comisión Europea constatan las deficiencias en la gestión de la biodiversidad de la Red Natura 2000, ni se nota el maltrato de los acuíferos, aún, aunque seguramente sí se perciben  ya las trazas de la falta de agua en algunas de las masas de Doñana.

 En plano cenital,  y a una cierta distancia, las formas se estilizan (bien lo sabe el gran fotógrafo de naturaleza Yann Arthus Bertrand), aunque no todo se vea tan abstracto. De ahí que desde Water.Shapes.Earth project (Las formas del agua) quieran contarlo, en imágenes y en textos, a través de un sitio web que nos deja boquiabiertos y expectantes (siempre queremos más).

Arte y también testimonio, para que no desaparezcan los registros de lo que hubo, lo que podría restaurarse, o los daños que estamos a tiempo de mitigar, eso es Water.Shapes.Earthun proyecto que muestra desde el aire de dónde viene el agua, cómo se “desparrama” en figuras geométricas que nos maravillan porque son cuadros de una exposición, donde el lienzo puede parecer una tela arrugada de nombre Himalaya, o Alpes, o Andes, o Atlas, o Pirineos.

Foto-ensayos con acento húngaro

Uno de los factótums de Water.Shapes.Earthel fotógrafo Milan Radisics, propone un arte en la frontera entre la abstracción y el documental. Su idea inicial estuvo ligada al agua, con el cometido de darle todo el valor que debe tener como elemento axial de la vida. Para ello, ideó un relato visual sobre las maneras en que el agua dibuja nuestras vidas y la existencia misma de nuestro planeta. En él se abordan cuestiones como el placer, la coexistencia, la contaminación o la lucha, poniendo el foco en la emergencia climática.

Radisics es un premiado fotógrafo húngaro que creció en la ex Yugoslavia, trabajó en National Geographic y practica desde hace años una suerte de foto-ensayo en torno a uno de los asuntos que más le inquieta, como es el vínculo del hombre con su entorno y el modo en que este usa los recursos naturales. En 2018, fundó Water.Shapes.Earth : allí lidera un pequeño equipo compacto y multidisciplinario, que completan un socio, un editor digital y una community manager.

El proyecto combina esa potencia estética de la fotografía aérea y la narración que, poco a poco, descubre el misterio de las formas, y lo que ellas tienen de inspirador. Se trata, sin dudas, de una inspiración que no es solo artística sino que alumbra un compromiso más cercano con el paisaje natural: entender la extensión de ese río en el que nos bañamos, la grandeza del embalse en el que tiramos piedras para seguir las ondulaciones en la superficie líquida o comprender el por qué de la profundidad de los blancos cauces pedregosos por los que solo bajan aguas de tormentas, de tanto en tanto, nos invita a proteger el medio ambiente.

Indagar y también imaginar

Llegar a estos resultados estéticos no es tarea fácil. Además de las virtudes de un buen localizador de lugares y del mejor fotógrafo es necesario contar con la compañía y la complicidad del tiempo y la luz. Pero, siempre, lo primero, es la investigación y lo segundo, la imaginación.

¿Cómo encuentran los lugares? Horas y horas de rastreos en imágenes satelitales arrojan como resultado sitios singulares a los que habrá que buscarles nuevas y mejores perspectivas, e incluso puntos de vista desde los que sea posible dar a conocer fenómenos desconocidos. Aunque, como los responsables mismos aclaran, una vez hechas las búsquedas en Google Earth, al llegar al sitio, nada de lo que vieron se parece a la imagen tomada por el satélite años atrás, para bien o para mal. De ahí, la imaginación para encontrar una nueva materia de indagación, otro ángulo, nuevas preguntas que germinarán en bellezas inéditas.

En la página web, se puede husmear en diferentes compartimentos de ‘obras de arte’ (artworks), clasificadas por accidentes geográficos (estuarios, hielo, lagos, islas, salinas, ríos, volcanes, icebergs) o marcas humanas; por regiones y países. Al cliquear en España, el navegante curioso se encontrará con huellas de agua, vegetación y nombres propios muy conocidos, junto a imágenes que parecen extraplanetarias. Con un simple click en “olivares sobre una colina seca”, se abrirá una imagen onírica de un paisaje de Jerez (Andalucía); o, bajo el título, “plantaciones de naranjos” aparecerá un cuadro pleno de curvas, de bordados en verde sobre festones rojizos.

En la Salina de la isla Cristina, por ejemplo, una breve descripción de la localización y las actividades tradicionales del lugar, además de las características técnicas de la toma (altitud del dron, fecha, hora del día y tamaño real de la foto), acompañan una imagen de una belleza profunda, en una obra geométrica que podría exponerse en cualquier museo de arte contemporáneo.

En la misma página, la bahía de Cádiz delimita una tierra con relieves como los de un antiguo pergamino, en un fotografía tomada desde 298 metros de altura.

Basta con asomarse y dejarse llevar por la ensoñación de los paisajes, los cercanos y queridos, o los desconocidos y plenos de misterio. En Instagram: @water.shapes.earth

Vía: elagoradiario

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