El comportamiento de la capa de hielo de la Antártida en escenarios futuros de calentamiento global sigue siendo una gran incertidumbre en las proyecciones del nivel del mar. Los último informes arrojan cifras alarmantes.
En las últimas décadas, el WAIS ha retrocedido y adelgazado a un ritmo acelerado en la ensenada del mar de Amundsen y se prevé que continúe esta tendencia.
Es motivo de preocupación es la pérdida masiva en curso de los glaciares Thwaites y Pine Island, que juntos drenan una gran parte del sector del mar de Amundsen y llegan profundamente al corazón del WAIS. Estos glaciares son susceptibles de retroceder rápidamente porque están siendo derretidos desde abajo por aguas profundas circumpolares cálidas.
Estos dos grandes glaciares en la Antártida occidental según una investigación que acaba de presentarse en la revista Nature Geoscience realizada por especialistas de la Universidad de Maine, Estados Unidos, pueden estar perdiendo hielo más rápido de lo que lo han hecho en al menos los últimos 5.000 años. Los glaciares que se derriten rápidamente podrían conducir a un aumento importante del nivel del mar en los próximos siglos.
Una pérdida de hielo alarmante
Para hacernos una idea de lo que representa esta cantidad, si todo el hielo perdido se amontonara sobre la superficie de Londres, mediría más de 2 km de altura. Si cubriera Manhattan, mediría 61 km de altura, el equivalente a 137 Empire State Buildings superpuestos.
Veinte grandes glaciares forman el Embalse del Mar de Amundsen, en la Antártida Occidental, que tiene unas tres veces el tamaño deEspaña, y desempeñan un papel clave en la contribución al nivel de los océanos del mundo. La nieve y el hielo aquí retienen tanta agua que, si toda ella se fundiera, el nivel global del mar podría aumentar más de un metro.
El estudio, publicado en Nature Communications calculó el «balance de masas» del Embalse del Mar de Amundsen, que describe el equilibrio entre la masa de nieve y hielo que se gana por las nevadas y la que se pierde por el desprendimiento, que es cuando se forman los icebergs en la boca de un glaciar y caen al mar. Cuando los desprendimientos se producen más rápidamente de lo que se acumula por las nevadas, hay una pérdida total de masa de hielo que contribuye a la subida del nivel del mar.
Los resultados muestran que la Antártida Occidental experimentó una disminución neta de 3.331 millones de toneladas de hielo entre 1996 y 2021, lo que supone una contribución de más de nueve milímetros al nivel global del mar. ?Se cree que los cambios en la temperatura y las corrientes oceánicas han sido los factores más importantes de la pérdida de hielo. Según los científicos, no hay indicios de que el proceso vaya a invertirse pronto.
LA IMPORTANCIA DE LAS NEVADAS EXTREMAS
Utilizando modelos climáticos que muestran cómo se mueven las corrientes de aire en todo el mundo, los científicos identificaron que el Embalse del Mar de Amundsen había experimentado varios eventos extremos de nevadas durante el período de estudio de 25 años. En este tiempo se produjeron periodos de fuertes nevadas y a periodos de escasas nevadas o «sequía de nieve».
Los investigadores tuvieron en cuenta estos fenómenos extremos en sus cálculos. Sorprendentemente, descubrieron que estos fenómenos representaban hasta la mitad de la variación del hielo en determinados periodos y, por tanto, tienen un papel clave en la contribución de la cuenca del mar de Amundsen a la subida del nivel del mar durante ciertos periodos.
Por ejemplo, entre 2009 y 2013, los modelos revelaron un periodo de precipitaciones de nieve persistentemente bajas, o «sequía de nieve». La falta de nevadas nutritivas hizo que la capa de hielo perdiera hielo, contribuyendo así en un 25% más a la subida del nivel del mar que en años de nevadas medias.
Por el contrario, durante los inviernos de 2019 y 2020 se produjeron nevadas muy intensas.?Los científicos estimaron que esta fuerte nevada mitigó la contribución al nivel del mar del Embalse del Mar de Amundsen, reduciéndola a aproximadamente la mitad de lo que habría sido en un año promedio.
EL NUEVO GLACIAR CERDITO
La pérdida de hielo de la región en los últimos 25 años ha provocado el retroceso del glaciar Pine Island, también conocido como PIG. Al retroceder, uno de sus glaciares tributarios se desprendió del glaciar principal y se aceleró rápidamente.?Por ello, el Comité de Topónimos Antárticos del Reino Unido ha rebautizado el glaciar afluente con el nombre de Piglet Glacier (glaciar cerdito), para que pueda ser localizado e identificado sin ambigüedades en futuros estudios. Las observaciones por satélite han mostrado que el recién bautizado glaciar Piglet aceleró su velocidad de hielo en un 40%, mientras el mayor PIG retrocedía hasta su menor extensión desde que se tienen registros.
Los satélites como el Sentinel-1 de Copernicus, de la Agencia Espacial Europea, que utiliza sensores que «ven» a través de las nubes incluso durante la larga noche polar, han transformado la capacidad de los científicos para vigilar regiones remotas y controlar el cambio increíblemente rápido que se está produciendo en la Antártida. El resultado son estudios como este.
Con información de: https://quo.eldiario.es/ https://www.infobae.com/