Los habitantes de la localidad de Utqiagvik, Alaska, no verán salir el Sol hasta el 22 de enero. Vivirán en la oscuridad durante más de 2 meses, es la noche polar.
Utqiagvik, una pequeña localidad situada en el extremo norte de Alaska, es conocida como el asentamiento más septentrional de Estados Unidos. Además, es una de las pocas ciudades en el mundo con más de 2.000 habitantes que se encuentra tan cerca del Círculo Polar Ártico.
Hasta hace poco menos de una década, esta ciudad era conocida como Barrow, pero hoy nos centraremos en un aspecto fascinante de la vida allí: el fenómeno de la noche polar. Cada año, los residentes de Utqiagvik enfrentan más de dos meses de oscuridad total, pues entre el 18 y el 19 de noviembre el Sol se pone y no vuelve a salir hasta el 22 o 23 de enero. En 2024, la primera luz solar de este periodo será el 22 de enero.
Este fenómeno se llama noche polar, un evento que ocurre en las regiones cercanas a los polos, donde el Sol queda por debajo del horizonte durante un largo período de tiempo. En estas zonas, el Sol no aparece durante días, e incluso puede no hacerlo por hasta seis meses, dependiendo de la latitud.
Este fenómeno se debe a la inclinación del eje terrestre, lo que provoca que, en ciertos momentos del año, como en los equinoccios, las áreas cercanas a los polos experimenten días sin luz solar. A medida que nos acercamos a los polos, el tiempo sin Sol se extiende, alcanzando su máximo en lugares como Utqiagvik. No obstante, aunque la oscuridad es casi total, no se trata de una oscuridad absoluta, sino de un largo crepúsculo, donde la luz es muy tenue.
Además, la Luna puede ofrecer algo de luz durante este tiempo, reflejando los rayos del Sol, aunque la verdadera oscuridad solo se experimenta en algunos momentos cuando la Luna no está presente y los días cercanos al equinoccio hacen que la luz solar sea mínima.
Este evento, aunque asombroso y único, tiene efectos importantes en los residentes de Utqiagvik, especialmente en aquellos que sufren de trastornos emocionales estacionales. La falta de luz solar durante tanto tiempo puede causar depresión en algunas personas, por lo que se les ofrece terapia con luz artificial, una herramienta que ayuda a combatir los efectos psicológicos de la larga oscuridad. Así, mientras los habitantes de Utqiagvik siguen su viaje anual hacia la oscuridad, enfrentan desafíos emocionales que requieren adaptaciones especiales.