La misma NASA ha querido refutar los vaticinios de la próxima « Mini edad de hielo» por la esperada -y probada- disminución de la producción de la energía de nuestra estrella en las próximas décadas.
Entre 1650 y 1915 se produjo en la Tierra la llamada «Pequeña Edad de Hielo»: un periodo de actividad solar extremadamente baja en el hemisferio norte que, combinada con el enfriamiento de los aerosoles volcánicos, originó temperaturas superficiales más bajas.
Entre las consecuencias de este descenso del calor global, pueblos alpinos quedaron arrasados por el avance imparable de los glaciares o los ciudadanos londinenses pudieron patinar sobre el Támesis, por ejemplo. Desde hace unos años, algunos científicos alertan que una situación similar podría ocurrir alrededor de la década de 2030. ¿Qué hay de cierto en esto?
Ahora, la misma NASA ha querido refutar los vaticinios de la próxima «Mini Edad de Hielo» por la esperada -y probada- disminución de la producción de la energía de nuestra estrella en las próximas décadas. Es decir: sí habrá un «Gran Mínimo Solar», pero no afectará a la Tierra, ya sobrecalentada por el efecto del cambio climático.
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El Sol es el centro de nuestro pequeño hogar cósmico. Dentro de los límites del Sistema Solar, la mayor fuente de energía es precisamente el Astro Mayor. La energía que despide llega hasta nosotros en forma de luz y es el responsable de la vida en la Tierra. Así que, aunque parezca estar muy lejos de nuestra pequeña burbuja biológica, todo lo que sucede en él nos afecta directamente. Por esta razón es que los científicos lo tienen constantemente monitoreado y han detectado un fenómeno conocido como ‘gran mínimo solar’, es decir que el Sol perderá una porción de su energía en las próximas décadas.
Aunque desde aquí el Sol parezca estar inalterable, lo cierto es que su actividad no es constante, varia de tanto en tanto. Hay ocasiones en donde sus manchas solares despiden más energía de la habitual, ocasionando mal clima espacial. Pero también hay otras ocasiones donde sucede lo contrario, que es un periodo conocido como ‘mínimo prolongado de manchas solares’ en donde la atracción magnética del Sol disminuye. Los astrónomos piensan que nos acercamos a una mini edad de hielo, debido a que el Sol atravesará por un ‘gran mínimo’ en su energía.
Según un estudio de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía, la actividad solar descenderá por debajo de mínimo habitual de 11 años. Lo que significa, temperaturas más bajas en algunas regiones del planeta. La investigación sugiere que el Sol tendrá una reducción del 7% en su luz y calor, aunque hay que recordar que esta disminución está por debajo de mínimo habitual.
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¿Y el calentamiento global?
El último gran mínimo ocurrió a mediados del siglo XVII, cuando el periodo conocido como ‘Mínimo de Maunder’ alcanzó temperaturas los suficientemente bajas para congelar el río Támesis y el mar Báltico. Pero el frío no es regular en todas las regiones del planeta, en aquella ocasión mientras algunas naciones veían congelarse sus ríos, otras como Groenlandia o Alaska, vieron un adelgazamiento en la capa de ozono. Como consecuencia, los patrones del viento cambiaron y estos dos últimos países se calentaron inusualmente.
Los científicos prevén que el Sol perderá y vera un descenso en su energía durante los próximos años. La fecha exacta es una incógnita, aunque podría comenzar en 2030 y alcanzar su pico más alto en 2050. Y si estás cuestionándote igual que nosotros, si este evento podría detener el calentamiento global, los astrónomos han dejado clara la negativa ante este cuestionamiento.
Han explicado que el ‘gran mínimo solar’ podría simplemente ralentizar el calentamiento global. Aunque no es una solución al problema, por la misma razón que en los 1600 Alaska se calentó mientras Europa se congeló. Es decir, la Tierra no experimentará un enfriamiento global y, por lo tanto, no detendrá el calentamiento global. Para ello debemos tomar nuestra parte de responsabilidad y hacernos cargo.