El Puma, una joya de las especies autóctonas de Argentina

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Durante miles de años, sus pobladores plasmaron en las paredes no sólo el contorno de sus dedos, sino también las siluetas de los animales con los que convivían a diario, entre ellos el mayor carnívoro de la región: el puma.

Este felino solitario, con capacidad de cubrir miles de hectáreas de territorio, continúa a día de hoy campando por los rincones de la Patagonia, en donde juega un rol ecológico «clave» por el control que ejerce sobre las poblaciones de herbívoros locales, principalmente del guanaco, una especie de llama salvaje.

Sin embargo, la presencia del puma todavía despierta suspicacias en los ganaderos ovinos de la zona, una circunstancia que la fundación Rewilding Argentina pretende revertir a través de un proyecto que busca transformar, en colaboración con las autoridades provinciales, la imagen negativa de estos animales en una oportunidad de crecimiento económico, gracias al «ecoturismo».

En su dimensión meramente paisajística, el noroeste de Santa Cruz es una de las zonas más bellas de Argentina, compuesta por la cordillera de los Andes al oeste y por una extensa meseta de estepa patagónica, la del lago Buenos Aires, al este.

Esta enorme meseta está plagada de «cañadones gigantescos», como el del río Pinturas, en donde antiguamente desaguaban dos grandes glaciares que terminaron por derretirse, dando forma al Parque Nacional Patagonia, uno de los hábitats preferidos por los pumas.

El puma, un animal que puede alcanzar los 90 kilos y extiende su hábitat a lo largo de la cordillera de los Andes desde Canadá hasta la Patagonia, es un cazador que tiene un importante rol ecológico como depredador y que, según el Ministerio de Ambiente, está catalogado como especie de «Preocupación menor» en la lista de Categorización de los Mamíferos de Argentina.

En ese marco, desde hace dos años la Fundación Rewilding investiga la forma de vida y el rol ecológico que cumple en suelo santacruceño el puma, al que definen como «el arquitecto del ecosistema», con miras a su preservación y la posibilidad de implementar a futuro su explotación turística a través de avistajes binacionales que ya comenzaron en Chile y que buscan unir con el lado argentino a través de su proyecto Parque Patagonia Binacional.

El biólogo Emiliano Donadío, director del proyecto, explicó a Télam que «en Parque Patagonia no estamos evaluando la cantidad de pumas que hay, estamos buscando cómo el puma tiene estos efectos sobre el ecosistema».

«Estamos capturando pumas, poniéndoles unos collares especiales que tienen un GPS con conexión satelital» y de ese modo, con una computadora, cada collar «nos permite conocer cuál es más o menos la ubicación en tiempo real, con cierto delay de 24 a 72 horas», añadió. Donadío apuntó que «lo más importante es que nos permite obtener periódicamente sus localizaciones» y así, acotó, podemos saber «que el animal pasó mucho tiempo en ese sitio, podemos ir a ver el lugar y determinar qué mató y luego se registran los datos».

Presas del puma

Las presas del puma varían dependiendo del lugar donde vivan. En los terrenos montañosos y los bosques sus presas habituales son los ungulados como los ciervos, cuando nos referimos a Norteamérica.

En el continente Sudamericano son los camélidos como el guanaco las presas favoritas del puma. Sin embargo, en este continente el puma compite con el jaguar y debe alimentarse también con presas más pequeñas como pájaros y roedores.

Con información de: https://www.telam.com.ar/ https://www.efeverde.com/

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