Sin lugar a dudas, la nieve es el fenómeno meteorológico que a la mayoría fascina, sobre todo a los amantes del frío. Pero, más allá del encanto, se produce solo en algunos lugares durante los meses del invierno.
Sin embargo, no en todo el Planeta Tierra se da el fenómeno de la nieve. Para que ocurra, deben producirse varios hechos. Es por eso que muchos de los paisajes teñidos de blanco que vemos a menudo son, principalmente, de las zonas más próximas a los Polos, es decir el Ártico y la Antártida. Por mencionar dos puntos geográficos donde cae nieve y de forma abundante durante la temporada de invierno es en las Altas Montañas del Himalaya, y la Cordillera de Los Andes.
Pero, ¿cómo se produce la nieve? Como dijimos, para que ocurra este fenómeno meteorológico, deben cumplirse varias condiciones. La formación de la nieve comienza, en primer lugar, con el enfriamiento de las gotas de agua, las cuales suelen estar a una temperatura de unos -7 °C. Estas gotas de agua una vez que sufrieron el descenso de la temperatura se convierte en cristales, inicialmente de tamaño pequeño. Sin embargo, los cristales por medio de la colisión y absorción con gotas de agua presentes en el ambiente aumentan su tamaño, dando lugar de esta manera a los copos de nieve. Todo este proceso ocurre en la atmósfera.
Pero para que veamos y podamos sentir la nieve en la superficie no sólo basta con que se produzcan los copos en la atmósfera. La caída de la nieve necesita a su vez de otra serie de condiciones. La primera es la precipitación, es decir, lluvia. Al mismo tiempo, debe añadirse en la lista de requisitos la temperatura del ambiente, que no debe superar los -2°C. Y como si fuera poco, a su vez, debe haber elevado porcentaje de humedad. Estas características deben presentarse en todas las capas de la atmósfera, de lo contrario, el copo de nieve en su camino hacia la superficie terrestre podría modificar su estructura y derretirse.
La principal causa de que el copo de nieve se derrita es la exposición a temperaturas superiores en la atmósfera. En caso que se de este hecho, en la superficie sólo se encontrará la denominada «agua nieve», compuestas por cristales de tamaño diminuto y gotas de agua frías. Esta situación se da con mayor frecuencia llegando al fin del invierno, tiempo próximo al cambio hacia la primavera, cuando los rayos del sol son más fuertes y las temperaturas más cálidas.