Situada a unos 1.500 millones de kilómetros de la Tierra, Titán, una gran luna del planeta Saturno, es un mundo gélido, pero cuenta con una espesa atmósfera rica en nitrógeno y su superficie se parece bastante a la de la Tierra.
Incluyendo también ríos y grandes lagos (o mares), solo que aquellos no son de agua sino de metano y otras sustancias.
Uno de esos grandes lagos de metano líquido es el Mar del Kraken. Unos astrónomos han realizado el cálculo más preciso hasta ahora de cuál debe ser la profundidad de tan singular mar extraterrestre.
El equipo de Valerio Poggiali, del Centro de Astrofísica y Ciencia Planetaria (CCAPS) adscrito a la Universidad Cornell en Estados Unidos, ha examinado minuciosamente los datos recolectados por la sonda espacial Cassini en uno de los últimos sobrevuelos de Titán que hizo. En el análisis resultante, publicado bajo el título “The Bathymetry of Moray Sinus at Titan’s Kraken Mare” en la revista académica Journal of Geophysical Research, todo apunta a que la profundidad en el Mar del Kraken debe ser, como mínimo, de unos 300 metros en su zona central.
El Mar del Kraken es importante por varias razones. Una de ellas es que en él se concentran alrededor del 80 por ciento de los líquidos de la superficie de esa luna.
Titan tiene un gran interés científico por diversos motivos. Uno de ellos es que representa un modelo de ambiente primitivo como el que tuvo la Tierra en su infancia. Dicho de otro modo, dejando aparte las diferencias en la temperatura y en la identidad química de las masas líquidas de la superficie, la Tierra fue en un pasado remoto como Titán.
Recreación artística del Mar del Kraken, el enorme lago de metano líquido de Titán, la luna principal de Saturno. (Ilustración: NASA John Glenn Research Center)
Todavía hay en Titán muchos otros misterios pendientes de ser resueltos. Uno de ellos es el origen del abundante metano líquido. La luz solar que llega a Titán (unas 100 veces menos intensa que la que recibimos en la Tierra, pero todavía capaz de influir en la química de ese satélite) convierte constantemente el metano de la atmósfera en etano. Los cálculos indican que este proceso agotaría por completo las reservas de metano en la superficie de Titán en tan solo unos 10 millones de años, un abrir y cerrar de ojos en la escala geológica del tiempo.
Para explorar este mundo y sus enigmas, se planea enviar una misión robótica a su superficie y más concretamente un robot subacuático que buceará en esos singulares mares de metano. El Mar del Kraken es un objetivo del máximo interés.
«Gracias a nuestras mediciones», argumenta Poggiali, «los científicos pueden ahora inferir la densidad del líquido con mayor precisión y, en consecuencia, calibrar mejor el sonar a bordo del vehículo y conocer en más detalle los flujos direccionales en el Mar del Kraken».
(Fuente: NCYT de Amazings)