En el archipiélago Vestmannæyjar, al sur de Islandia, se encuentra Heimaey, allí, la vida es tranquila entre el mar, sus acantilados, cuevas y el volcán Eldfell, que ahora mismo está callado pero que, en 1973, estuvo en erupción durante seis meses e hizo que casi los 5000 habitantes de la isla tuvieran que ser evacuados.
La isla nos invita no solo a admirar el impresionante paisaje, sino también nos regala una figura de lo que parece un enorme elefante o mamut, en una de sus alucinantes montañas.
La erosión ha tallado ojos, mandíbula y trompa a la roca basáltica, de un color parecido a la piel de un elefante.
Pero éste no es el único, al parecer, esta mística familia de elefantes de roca se ha extendido por el mundo dejando su enorme figura en distintos puntos del planeta.
Tongaporutu, isla norte de Nueva Zelanda
Por su tamaño, lo encontramos más parecido a un mamut que a un elefante, podemos observar como si este paquidermo rocoso estuviera caminando por las costas de Tongaporutu.
California, Estados Unidos
Una de las que más me gusta. Tranquilamente, dejando fluir nuestra imaginación, podemos ver, a un enorme elefante bebiendo agua, en el Parque Nacional de Point Reyes, en California.
Pantelleria, al suroeste de la isla de Sicilia, Italia
Esta formación rocosa, similar a la trompa de un elefante sumergiéndose en las aguas termales del mar de cobalto, nos invita a pasar por allí, siendo el paisaje mas conocido de la isla.
Arabia Saudita, Norte. 
En éste caso, sería un gigantesco “elefante” de roca, muy cerca de las ruinas de la ciudad de Al-Ula.
Cerdeña, Italia
La Roccia dell’Elefante, en la carretera 134, es un fragmento de roca desprendida del monte Casteddazzu, que fue erosionada y rodó valle abajo.
Grandes y prehistóricos amigos del hombre, los elefantes, simbólicamente, representan en cierta manera y por sus cualidades, estabilidad y paciencia, fortaleza, compañerismo y fidelidad. ¿Querrá la naturaleza una vez más darnos un mensaje?