Las regiones desérticas son las encargadas de producir la mayor parte del polvo mineral que existe en la Tierra. ¿Qué impacto tiene en la atmosfera terrestre?
La simulación climática en ordenador del clima de la Tierra con la que trabajan los expertos de la NASA permite hacer un retrato del planeta en el que destacan los llamados aerosoles, es decir, las partículas en suspensión del polvo que se levanta de la superficie durante las dantescas tormentas de polvo desde regiones desérticas.
Aunque hay indicadores de que los efectos globales de las tormentas de polvo del Sahara incluyen el deterioro de las ecologías de los arrecifes coralinos en el Caribe y el aumento de la frecuencia de los huracanes en el Atlántico, también hay evidencia de que el polvo lleva nutrientes a las selvas lluviosas del Amazonas.
El ciclo del polvo
Así se describe el movimiento de billones de partículas diminutas a través del sistema terrestre. La arena y el polvo se levantan con fuertes vientos de áreas de suelo desnudo o con poca vegetación. Si bien parte de este material vuelve a la superficie cerca de su fuente, las partículas de polvo más pequeñas se transportan más lejos a través del viento, a veces miles de kilómetros, antes de ser depositadas.
Puede que el desierto del Sahara se encuentre en un continente distinto al suyo, sin embargo, esto no impide que millones de toneladas de su arena lleguen hasta todas las partes del mundo. La arena desértica que está constituida por partículas muy diminutas de minerales, viaja a través de los fuertes vientos en direcciones muy alejadas. Se calcula que cada año mil millones de toneladas de polvo mineral, o lo que equivale al peso de 10 mil portaaviones, procedente de los desiertos y otras regiones secas viajan a través de la atmósfera.
Las regiones desérticas son las encargadas de producir la mayor parte del polvo mineral que existe en la Tierra. Pero a medida que el calentamiento global gana terreno en el mundo, las zonas áridas se incrementan. Es por esta razón que los científicos consideran imprescindible el estudio que el efecto mineral tiene en la atmósfera terrestre.
El instrumento Earth Suface Mineral Dust Source Investigation (EMIT) de la NASA, será lanzado hacia la Estación Espacial Internacional el 9 de julio. El espectrómetro de imágenes de última generación de EMIT, desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro, recolectará más de mil millones de mediciones de composición de fuentes de polvo en todo el mundo en el transcurso de un año. Con esto ayudará significativamente a avanzar en la comprensión de los científicos sobre la influencia del polvo en todo el sistema planetario.
¿Qué podremos descubrir sobre el polvo mineral?
Los investigadores no conocen la información necesaria para saber si el comportamiento de las millones de toneladas de polvo que ingresan a la atmósfera anualmente, es un sistema de protección o más bien perjudicial para el planeta. Existen dos opciones, que el polvo coadyuve al calentamiento del planeta o que por el contrario, ayude a enfriarlo.
El color importa
Estos datos se conocerán luego de que el EMIT comience su funcionamiento, pues desde su posición en la estación espacial, mapeará las regiones de origen de polvo mineral del mundo. Además, el espectrómetro de imágenes proporcionará información sobre el color y la composición de las fuentes de polvo a nivel mundial por primera vez. Estos datos ayudarán a los científicos a comprender qué tipos de polvo dominan cada región y mejorarán su comprensión del impacto del polvo en el clima y el sistema terrestre hoy y en el futuro.
Hasta ahora no existe evidencia clara sobre el color del polvo mineral que viaja a través de las corrientes de vientos, en general se le cataloga como amarillo. Sin embargo, se sabe que pueden existir otros colores de polvo debido a que provienen de distintos tipos de minerales, unos más oscuros que otros.
En ese sentido, el EMIT ayudará a tener una mejor comprensión de qué color de polvo predomina en cada región. El color importa en gran medida porque sería el indicador de si es capaz de absorber o reflejar la radiación del Sol. Es decir, permitirá mapear los colores de polvo de mineral de cada región y comprender cómo funcionan en conjunto y el impacto que tienen en el sistema planetario. Con esta información se pueden también generar modelos climáticos más precisos y para predecir cómo serán los escenarios futuros.
Con información de: https://ecoosfera.com/