Las intensas lluvias de las últimas semanas han provocado un cambio drástico en la situación hídrica de las principales zonas agrícolas del país. En Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, los niveles de precipitaciones han sido excepcionales, superando ampliamente los promedios históricos.
Mientras algunos cultivos se beneficiaron de la mejora en la humedad del suelo, otros enfrentaron graves dificultades debido a los anegamientos, el retraso en las cosechas y el deterioro de la calidad del grano. Esto ha dejado a los lotes en las zonas más afectadas por los excesos de lluvia con daños significativos y posibles pérdidas millonarias.
Los registros mostraron que la soja, el maíz y el girasol recibieron el doble de lluvias en comparación con un febrero promedio. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reportó un promedio de 222 mm en la región núcleo, casi el doble de lo que se suele registrar en los últimos 30 años.
En localidades como Bigand, en Santa Fe, las precipitaciones alcanzaron los 398 mm, ubicándose entre las más altas de los últimos 19 años. En Buenos Aires, 9 de Julio acumuló 427 mm, lo que equivale a casi cuatro veces el promedio histórico.
El cierre del verano con fuertes tormentas
A inicios de marzo, las precipitaciones siguieron siendo destacadas, sobre todo en el sudeste de la región núcleo, donde se registraron entre 40 y 80 mm, con picos de 109 mm en Rojas, Buenos Aires. La acumulación de agua en el suelo generó excesos hídricos en el sudeste de la zona GEA, mientras que el resto de la región experimentó reservas adecuadas. Las lluvias generalizadas a nivel nacional favorecieron la recuperación de cultivos de soja y maíz, aunque en algunas zonas los anegamientos generaron pérdidas. La condición hídrica adecuada a óptima aumentó un 9 %, mientras que la condición de los cultivos mejoró en un 6,4 % respecto a los informes previos.
Soja: Avances y dificultades

La soja fue uno de los cultivos más beneficiados por las lluvias. La mejora en la humedad del suelo favoreció especialmente a la soja de segunda, que había comenzado su ciclo en condiciones desfavorables. En la región central, muchos cultivos iniciaron el llenado de grano en condiciones ideales. No obstante, los anegamientos en el centro de Buenos Aires generaron pérdidas adicionales. En el NEA y el norte de Santa Fe, el estrés térmico e hídrico continuó afectando los rendimientos potenciales, a diferencia de otras regiones.
En la región núcleo, más del 50 % de los cultivos entró en el período crítico con niveles óptimos de humedad, lo que podría haber ayudado a compensar parcialmente las pérdidas provocadas por el estrés térmico de enero. A pesar de todo, la proyección de producción de soja se mantuvo en 49,6 millones de toneladas, aunque depende de la evolución climática en las próximas semanas.
Maíz: Retraso en la cosecha y riesgos por exceso de agua

El maíz vivió una situación variada según la región. En Córdoba, las lluvias beneficiaron a los lotes tardíos, asegurando un buen llenado de grano, mientras que en Buenos Aires y el sur de Santa Fe, el exceso de agua dificultó la cosecha de maíz temprano, que hasta la última semana solo había avanzado un 10 %. La imposibilidad de acceder a los lotes con maquinaria generó demoras importantes y podría afectar la calidad del grano.
Girasol: Cosecha avanzada pero con variabilidad en rendimientos

El girasol fue el cultivo más adelantado en términos de cosecha, aunque las lluvias causaron problemas en varias áreas productivas. A nivel nacional, la cosecha avanzó un 3,8 % en la última semana, cubriendo hasta el momento el 17,6 % del área apta. En el NEA, la cosecha concluyó con uno de los mejores rendimientos históricos, mientras que en la región central los lotes registraron rendimientos por encima del promedio. En algunas zonas de Buenos Aires y La Pampa, los rendimientos iniciales superaron las expectativas, lo que podría llevar a una proyección de producción superior a las 4,1 millones de toneladas estimadas.
En el sur del área agrícola, las lluvias ayudaron al llenado de grano de los lotes que aún estaban en ese estado, pero la cosecha sigue dependiendo de la evolución climática, ya que más lluvias podrían dificultar el secado y afectar la calidad del grano recolectado.
Perspectivas a futuro
Se prevé que las lluvias y tormentas aisladas continúen en las próximas semanas, algunas de las cuales podrían ser intensas. La probabilidad de nuevas precipitaciones en las principales zonas agrícolas mantiene la incertidumbre sobre la cosecha de los cultivos que aún deben ser recolectados.