Ubicado en el punto más álgido de la crisis climática, el Ingmikortilaq, un monolito de tres millones de años, se eleva directamente desde el Nordvestfjord en la región de Scoresby Sund del este de Groenlandia.
Groenlandia quiere decir tierra verde. Resulta difícil de imaginarlo ya que el 85 por ciento de la isla está cubierto de hielo. Sin embargo, la isla ártica antiguamente era más cálida. Tras la perforación de las capas de hielo, los investigadores hallaron rastros de ADN de árboles, mariposas y otros insectos. Se cree que desde 450.000 hasta 900.000 años Groenlandia estuvo cubierta por bosques.
El clima está cambiando otra vez, las temperaturas están aumentando. Groenlandia está sufriendo dramáticamente el cambio climático. Desde 1990, la temperatura promedio ha aumentado en 1,8 grados centígrados en verano y 3 grados centígrados en invierno.
En medio de este paisaje, en los últimos días tuvo lugar una hazaña que se realizó mientras filmaban la nueva serie, Honnold y Hazel Findlay realizaron la primera escalada conocida del Ingmikortilaq, uno de los monolitos naturales más altos de la Tierra aún sin ser transitado. El acantilado, compuesto de granito y gneis de tres millones de años, se eleva 1.143 m desde una remota península que se proyecta en un fiordo en la costa oriental de Groenlandia.
El escalador Alex Honnold lideró el primer ascenso de uno de los acantilados más altos del planeta que quedaba aún sin alcanzar. La expedición se filmó para la nueva serie original de National Geographic, On the Edge with Alex Honnold, que pronto se estrenará en el streaming. Honnold estuvo acompañado por una destacada científica que realizó mediciones y recogió datos del casquete glaciar ubicado al este de Groenlandia y de importancia crucial para los estudios climáticos.
El equipo comenzó la escalada desde un bote en la base de la formación y acampó haciendo vivac, es decir, pasaban la noche en sus sacos de dormir firmemente sujetados, a medida que progresaban en la subida. Los deportistas lograron ascender en escalada libre la ruta completa de la roca de tres millones de años.
En los últimos 45 m de la subida pudieron desconectarse de las cuerdas y caminar hasta la cima. La hazaña se concretó el pasado martes 16 de agosto, después de cinco días luchando contra las condiciones meteorológicas.
En la etapa previa a la escalada del Ingmikortilaq, que en groenlandés significa “el separado”, se unieron al equipo la Dra. Heïdi Sevestre, una glacióloga que trabaja en el Programa de Evaluación y Monitoreo del Ártico, y Adam Kjeldsen, un guía groenlandés, para llevar a cabo lo que podría ser el primer cruce del casquete glaciar de Renland desde el monolito conocido como “Pool Wall”. A medida que atravesaban el casquete glacial, Sevestre y su equipo arrastraban un radar especial que tomaba medidas en tiempo real de la profundidad y la densidad de la nieve y el hielo que se encontraba debajo de ellos.
Justamente a Honnold lo motivó la crisis climática, además de querer alcanzar la cima de un muro de roca nunca escalado y de ofrecerle al público vivir junto a él esa experiencia a través de la nueva serie. La comunidad científica necesita con urgencia datos de lugares remotos según Sevestre. Gracias a la expedición en Groenlandia y con ayuda del equipo de Honnold, Sevestre pudo medir la profundidad y la densidad de los casquetes glaciares, para obtener información de la velocidad en la que se está derritiendo el hielo polar.
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