Se trata del Ruki, el río que atrae la atención de los científicos del mundo, por su oscura coloración. Por detrás de estas tonalidades, se oculta algo alarmante.
El Ruki drena un área aproximadamente del tamaño de Senegal. La mayor parte de esta cuenca está cubierta por bosques pantanosos de tierras bajas y latifoliadas. También contiene turberas y sólo una pequeña cantidad de tierra deforestada.
«El Ruki es un buen candidato para ser una de las grandes cuencas tropicales más prístinas y homogéneas de la Tierra», dijeron los autores en un estudio reciente sobre el río. El sensor OLI (Operational Land Imager) del Landsat 8 capturó esta imagen del río Ruki en su confluencia con el río Congo, aproximadamente a 650 kilómetros río arriba (norte) de Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo.
El estudio informó que, como sugiere el color del agua, el Ruki es rico en compuestos de carbono orgánico disuelto. Contiene cuatro veces más carbono orgánico que el río Congo y 1,5 veces más que el Río Negro, el río de aguas negras más grande del mundo y un importante afluente del Amazonas.
Calcularon que Ruki drena sólo el 5 por ciento de la cuenca del Congo, pero aporta el 20 por ciento del carbono orgánico total del río Congo. La cuenca de Ruki es muy plana, de modo que el agua se drena lentamente y permite que la vegetación muerta de la jungla tenga suficiente tiempo para “empaparse” en ella, dijeron los autores. Debido a esta pesada carga de carbono, agregaron, “los bosques tropicales como los que rodean Ruki podrían no acumular tanto carbono como alguna vez pensábamos”.
Los investigadores también midieron los isótopos de radiocarbono del carbono disuelto para determinar su fuente. El Ruki discurre por zonas con suelos de turba llenos de materia vegetal parcialmente descompuesta que podría representar otra fuente de carbono si se erosiona o se lixivia en el río. Sus resultados mostraron que muy poco carbono proviene de la turba mucho más vieja y que la mayor parte proviene de la vegetación y los suelos forestales más jóvenes. Aunque la turba parece estable ahora, dijeron, una futura sequía o perturbación humana en la cuenca podrían liberar carbono que ahora está mayoritariamente atrapado.
Con información de: https://www.tiempo.com/