El Gran Bosque Marino Africano, el hogar de “Mi Maestro el Pulpo” el documental de Netflix, es una maravilla submarina.
Se conocen también como bosques de Kelp, bosques de sargazos o bosques de laminariales. Estos bosques submarinos están formados principalmente por algas pardas de gran tamaño y algas de tonalidades rojas y verdes.
Pueden llegar a medir hasta 30 metros de altura en su búsqueda de los rayos solares. Son hogar de gran cantidad de organismos de importancia pesquera. Su productividad es comparable a los arrecifes de coral, humedales y selvas tropicales.
Las principales amenazas que enfrenta este ecosistema son las tormentas, la abundancia de organismos herbívoros y los fenómenos climáticos que afectan la temperatura y los nutrientes.
Bajo las aguas oceánicas se esconden los más grandes paisajes oníricos. Y aunque hermosamente rozan con la ciencia ficción de fantasía, son reales y están en peligro de desaparecer.
Es el único bosque de algas gigantes de bambú en nuestro planeta y alberga a las criaturas más inefables en él.

El Gran Bosque Marino Africano
El enorme hábitat bordea las costas de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica y se extiende más de mil kilómetros hasta Namibia. Debajo de las aguas oceánicas en esta región se encuentra el Gran Bosque Marino Africano, uno de los ecosistemas menos estudiados pero más sorprendentes del mundo. Y en contraste con el resto de bosques de algas en el mundo, el mundo onírico subacuático de África parece estar creciendo.

Sumergirse en sus aguas es sinónimo de encontrarse de frente con especies que no se han avistado en ninguna otra parte del mundo. En este lugar, no es raro encontrarse a diario con nuevas especies o nuevos comportamientos animales. Su preciado valor no podría traducirse en cifras, lo único que puede decirse es que es necesario para la vida en el planeta. Además, los investigadores están seguros de que la conciencia de vida tal como la conocemos hoy en día surgió aquí, en el Gran bosque Marino Africano.
La evidencia arqueológica más antigua de arte y ciencia se ha encontrado en este lugar. Así que los especialistas consideran que el nacimiento de la conciencia humana tiene su origen en la gran selva marina africana. Todo ser humano está directa o indirectamente conectado al corazón de este ecosistema submarino.
¿Qué son los bosques marinos?
Los bosques de algas marinos proporcionan un hábitat tridimensional para miles de especies vegetales y animales marinos. Aproximadamente el 25% de las costas del mundo se encuentran cubiertas por bosques subacuáticos y se extienden por todo el globo terráqueo, exceptuando la Antártida. Se les considera los arrecifes de coral, pero de aguas frías y templadas.
Este tipo de bosques subacuáticos desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento estable del clima y al igual que los arrecifes de coral, son sumamente susceptibles a los cambios de temperatura. Por esta razón, su subsistencia está en peligro ante la eminente amenaza del calentamiento global.
Durante la última década se ha observado un decrecimiento preocupante en los bosques marinos del mundo. Anualmente perdemos el 2% de estos ecosistemas y al paso que vamos, las consecuencias serían desastrosas para las especies que los habitan, pero también para la estabilidad del planeta.
El bosque onírico que se resiste a morir
En contraste con muchos otros bosques marino, la gran selva africana subacuática parece estar creciendo. Debido a que este hábitat permanece todavía intacto, existe la valiosa oportunidad de conservarlo. No obstante, como todas las regiones naturales se enfrenta a distintas amenazas que ponen en peligro su estabilidad. En primera instancia está el desconocimiento y conciencia sobre su importancia y riquezas, como consecuencia es más difícil obtener soporte para preservarlo.

Pero además la caza furtiva, la contaminación plástica, el calentamiento global y la explotación minera, son factores amenazantes para el Gran Bosque Marino Africano. La extinción de sus valiosas especies tanto animales como vegetales, sería una pérdida incalculable para el planeta.
Utilizar las grandes plataformas, como el documental My Octopus Teacher de Netflix, cuyo hogar se encuentra precisamente en este bosque, harán que este tesoro acuático cada día llegue hasta más personas. Solo así las voces se unirán para salvaguardar la vida de uno de los ecosistemas más importantes del mundo.
