Es un hecho que hoy en día hay demasiados edificios y carreteras, para constatarlo, basta con abrir la ventana o dar un paseo mirando a nuestro alrededor. ¿Has notado que hay menos árboles?.
Sin embargo, lo que no podíamos llegar a imaginar era que llegaría un momento en el que estos superasen a elementos de la naturaleza tan básicos para nuestra vida como son los árboles.
Pues bien, ese momento ha llegado y nos despedimos de 2020, con un dato devastador: el volumen de edificios, carretas y máquinas se ha duplicado cada 20 años en los últimos 100, mientras que la masa vegetal se ha reducido a la mitad.
Más edificios que árboles
Estas son las conclusiones de un estudio publicado por la revista Nature. En él, se revela que el ser humano ha fabricado a un ritmo superior que la naturaleza.
Este estudio ha sido liderado por los científicos del Instituto Weizmann de Israel. En él, se prevé que esta tendencia aumentará hasta que la masa artificial alcance los dos teratones (dos billones de toneladas) para el año 2040.
Además, de este estudio también se extrae el hecho de que, por cada persona que vive en el mundo, se produce de media, cada semana, una cantidad de masa antropogénica mayor que su peso corporal.
Esto significa que “ya no podemos negar nuestro papel central en el mundo natural. Somos un actor importante y eso conlleva una responsabilidad compartida”, tal y como como confiesa en el El Español uno de los autores del estudio, Elhacham.
Se ha reducido la biomasa vegetal
Pero, ¿por qué se produce este desequilibrio entre la masa natural y antropogénica? Esto no solo se debe al exponencial aumento de la masa artificial, sino también porque los seres humanos han reducido a la mitad la biomasa vegetal desde el inicio de la agricultura, a través de cambios en el uso del suelo como la deforestación.
Esto no es más que un hecho notable y evidente aún de que el ser humano está dejando una huella negativa en su paso por el planeta.
Que, aunque en un primer momento pueda parecer que mejora la vida de las personas, lo que hace a largo plazo es minimizar la calidad de vida de las generaciones futuras. Solo queda esperar que la humanidad reaccione ante estos dramáticos datos para que, por fin, empecemos a asumir nuestra responsabilidad.
Fuente: STOP CAMBIO CLIMÁTICO, Ambientum