Después de varios meses de incertidumbre sobre si La Niña finalmente se manifestaría, la NASA confirmó su llegada a principios de diciembre. Sin embargo, su duración será breve.
El 9 de enero de 2025, tras siete meses de dudas, el Centro de Predicción Climática (CPC) de la NOAA validó que las condiciones de La Niña habían estado presentes desde principios de diciembre de 2024. Este fenómeno se reflejó en un enfriamiento de la superficie marina de 0.7 °C por debajo de los valores promedio, en la región conocida como Niño 3.4, ubicada en el océano Pacífico ecuatorial. Las huellas de La Niña también se observan en las áreas central y oriental del Pacífico, donde el nivel del mar es más bajo debido a que el agua más fría se contrae, aumentando su densidad.
A pesar de estos indicios, es probable que La Niña no se mantenga por mucho tiempo más. Según la NOAA, las condiciones podrían regresar a un estado neutral (normal) durante el otoño de 2025 en el hemisferio sur.
“Aunque La Niña está aquí, no es particularmente fuerte”, dijo Josh Willis, oceanógrafo y científico del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA. Willis señaló que durante el evento La Niña fuerte de 2010-2011, las temperaturas en el Pacífico tropical fueron aproximadamente 1.6 °C por debajo del promedio en enero de 2011, en comparación con solo 0.7 °C por debajo de la media en enero de 2025.
Así la NOAA pronostica que La Niña permanecerá débil, siendo poco probable que alcance 1 °C por debajo del promedio, el umbral en el que un evento La Niña se considera de intensidad moderada. Se espera que las condiciones de neutralidad se manifiesten en el otoño meteorológico del hemisferio sur, entre marzo y mayo.