A pesar de que el hombre se ha expandido por todo el mundo y cuenta con tecnología cada vez más avanzada, el fondo marino todavía sigue siendo una zona inexplorada y lleno de misterio.
Se podría decir que conocemos más la superficie lunar que las profundidades del océano. En esta compleja cuestión está trabajando el Proyecto Fundación Nippon-GEBCO Seabed 2030, que tiene como objetivo crear un mapa completo del fondo marino global para 2030.
Los científicos del proyecto afirman que ya han completado una quinta parte del mapa, lo que significa que todavía un 80 % de las profundidades de los océanos siguen siendo un misterio, por lo que a hidrográfica se refiere.
El proyecto Seabed 2030 comenzó en 2017 y es dirigido por expertos de Japón. Cuando comenzó solo se contaba con datos barimétricos de calidad del 6 % de los fondos marinos. En 2019 se alcanzó la cifra del 19 % y ahora ronda el 20 %. La actualización de datos de este proyecto se presentó el 21 de junio, en el Día Mundial de la Hidrografía, creado en 2005 por resolución de la ONU.
En diálogo con la BBC, Jamie McMichael-Phillips, director del proyecto, afirmó que el área que tienen que relevar para la próxima década es dos veces el tamaño de Marte.
Como se puede apreciar en el mapa, las zonas en negro representan aquellas que todavía no han sido sondeadas. Mientras que el azul corresponde a la profundidad del agua: el púrpura para las zonas más profundas y el azul claro para las menos profundas.
Ahora bien, más de uno se preguntará para qué sirve un mapa del fondo marino. En primer lugar, es esencial para la navegación y para tender cables y tuberías bajo el agua. Además, es clave la gestión y conservación de la pesca, porque alrededor de las montañas submarinas la vida silvestre tiende a congregarse.
A su vez, el fondo marino influye en el comportamiento de las corrientes oceánicas y la mezcla vertical del agua. Conocer esto permite mejorar los modelos que pronostican el cambio climático, porque son los océanos los que juegan un papel crítico en el movimiento del calor alrededor del planeta. Un buen mapa del fondo oceánico es imprescindible para comprender con precisión cómo se elevará el nivel del mar en diferentes partes del mundo.
Para darle forma a este mapa, el proyecto Seabed 2030 se ha valido de la información que han suministrado diferentes gobiernos, empresas e instituciones. Aun así, todavía queda mucho por recabar. Para se valdrán de un gran esfuerzo de colaborativo por parte de barcos, grandes y pequeños, que operan rutinariamente su equipo de sondeo mientras transitan por el mundo. Incluso embarcaciones de pesca y yates pueden ayudar a registrar datos mediante su sonar y equipos de navegación.
Vía: weekend.perfil