El comportamiento de estas masas recuerda mucho al de los ríos, a los que alimentan durante los deshielos, y su velocidad depende de la fricción y la pendiente del terreno por el que avanzan. El calentamiento del planeta los está poniendo al borde de la desaparición.
El derretimiento de los glaciares, fenómeno que se acentuó durante el siglo XX, nos está dejando un planeta sin hielo. La actividad humana es la mayor culpable con la emisión de dióxido de carbono y otros gases responsables del calentamiento terrestre. El nivel del mar y la estabilidad global dependen de la evolución de estas grandes masas de nieve recristalizada.
Los glaciares de la Tierra llevan más de medio siglo retrocediendo en silencio ante el avance imparable del cambio climático. No hay rincón del planeta —excepto el sureste asiático— capaz de resistir los efectos de un fenómeno que ha derretido más de 9,6 billones de toneladas de hielo glacial en el mundo desde 1961.
“La mitad de la humanidad depende, directa o indirectamente, de los glaciares como fuente de agua para uso doméstico, agrícola y energético. Los glaciares son también pilares de la biodiversidad, ya que alimentan muchos ecosistemas.
Por eso, este estudio pone de relieve la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e invertir en soluciones basadas en la naturaleza, que pueden ayudar a mitigar el cambio climático y permitir que la gente se adapte mejor a sus impactos, concluye el informe.
Un tercio de los glaciares considerados Patrimonio Mundial, entre los que se encuentran los de Yellowstone y Yosemite a la cabeza, van a desaparecer para el año 2050 como consecuencia del avance del cambio climático, según señala un reciente informe elaborado por la Unesco.
“Esta cantidad es alarmante ya que es el equivalente al volumen anual total de agua utilizada en Francia y España juntas, y contribuyen a casi el 5% de la subida del nivel del mar”, agregó el especialista.
En cuanto a las medidas de protección más importantes que se deben aplicar de manera urgente para tratar de evitar el de retroceso los glaciares en todo el mundo, el informe destaca que es imprescindible reducir drásticamente las emisiones de carbono cuanto antes posible.
“Sólo una rápida reducción de nuestros niveles de emisiones de CO2 puede salvar los glaciares y la excepcional biodiversidad que depende de ellos”, expresó Carvalho.
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