Climatólogos afirman que una serie de efectos que derrumbaría la posibilidad de evitar las peores consecuencias de la crisis climática-, los científicos han identificado en este análisis siete puntos de no retorno más.
El clima es algo dinámico, cambiante, incluso irrepetible, consecuencia de la energía que recibe la Tierra del Sol y de los intercambios de energía entre partes diferentes de lo que se llama Sistema Climático, que podemos entender como sinónimo de planeta Tierra. El actual calentamiento global activa y potencia los regímenes del tiempo y al mismo tiempo moldea los factores que intervienen en dicho equilibrio.
Pero el clima también presenta variabilidad temporal. La energía que proviene del Sol no llega en igual cantidad en momentos diferentes, ni los subsistemas del Sistema Climático se comportan siempre exactamente igual. En consecuencia, no hay que esperar que los flujos de energía que se establecen coincidan invariantemente en el transcurso del tiempo. En ciertos intervalos de tiempo sus estadísticas pueden, más o menos, coincidir, pero no tiene sentido pensar que eso tenga que ser siempre así.
Los puntos de no retorno
Cinco de los dieciséis puntos de no retorno -a partir de los cuales la comunidad científica ha identificado que el cambio climático destructivo es inevitable incluso si el calentamiento global se detiene- podrían haberse activado ya, y cada décima aumenta la probabilidad de que ocurran estos fenómenos.
Así lo advierte un nuevo estudio liderado por la Universidad de Estocolmo -en la que han participado, entre otros centros, la Universidad de Exeter (Reino Unido)- publicado en la revista Science, que concluye que es «probable» que se llegue a hasta 10 puntos de no retorno incluso si a finales de siglo se logra limitar el calentamiento del planeta por debajo de los 2 ºC desde los niveles preindustriales.
Mientras que hasta ahora se conocían nueve «tipping points» -procesos que, de activarse, desencadenarían una serie de efectos que derrumbaría la posibilidad de evitar las peores consecuencias de la crisis climática-, los científicos han identificado en este análisis siete puntos de no retorno más.
Estos procesos ocurren cuando el cambio en determinadas partes del sistema climático -los conocidos como “elementos de inflexión”– se convierte en “autoperpetuante” una vez pasado cierto umbral de calentamiento. Un ejemplo de estos fenómenos de “retroalimentación positiva” es la pérdida de hielo invernal del Mar de Barents, hecho que “se refuerza por el aumento de la afluencia de aguas cálidas del Atlántico y tiene un impacto sustancial en la circulación atmosférica, en el clima europeo y, potencialmente, en la Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico”.
Calentamiento global
El sexto informe de evaluación del IPCC -el grupo de especialistas climáticos de la ONU-, cuya última parte se hizo pública el pasado mes de abril, alertaba de un «alto» riesgo de que ocurran puntos de no retorno a partir de los 2 ºC de aumento de temperatura, y del «muy alto» riesgo una vez superados los 2,5 ºC.
Sin embargo, el nuevo estudio apunta que, en el nivel de calentamiento actual (1,1 ºC), es posible que la Tierra ya haya abandonado el estado climático «seguro» y que se hayan activado cinco de los 16 «tipping points»: la disminución de las capas de hielo de Groenlandia, la de las capas heladas de la Antártida occidental, el derretimiento abrupto del permafrost -suelo congelado-, el colapso de la convección del Mar del Labrador (uno de los nuevos hallados) y la muerte masiva de los arrecifes de coral tropicales.
Con todo, los científicos insisten en la necesidad de mitigar el cambio climático cumpliendo con el objetivo del Acuerdo de París -contener el aumento por debajo de los 2 ºC y, a ser posible, del grado y medio para finales de siglo-, pues la investigación muestra que el riesgo de los puntos de no retorno se dispara con cada décima de grado que se añade a la temperatura media del planeta.
Según sus cálculos, algunos de los próximos puntos de no retorno en activarse -a partir de los 2 ºC- son la degradación de la selva amazónica, el colapso de las cuencas subglaciales de la Antártida oriental (otro de los nuevos «tipping points» identificados) o la pérdida de glaciares de montaña en el cono sur de América.
Actividades humanas
Los autores del estudio recuerdan que las actividades humanas están llevando al mundo a “un calentamiento de 2 ºC y hasta 3 ºC a finales de siglo” y que, para tener un 50 % de probabilidad de alcanzar la meta de París (mantenerlo por debajo del grado y medio), las emisiones globales de efecto invernadero deben recortarse a la mitad para 2030.
Ricarda Winkelmann, climatóloga en el Instituto de Postdam para la Investigación del Impacto Climático y coautora del estudio, subraya la preocupación añadida que supone la interrelación de los puntos de no retorno, hecho que, incide, puede provocar un efecto cascada. “De hecho, las interacciones pueden reducir los umbrales críticos de temperatura a partir de los cuales los elementos de inflexión individuales comienzan a desestabilizarse a largo plazo», advierte. Así, los científicos también destacan la necesidad de adaptarse a los impactos de los puntos de no retorno que no se puedan evitar, y de “apoyar a quienes sufrirán pérdidas y daños no asegurables”.
Fuente: EFE VERDE