El estudio de estas reliquias aporta información sobre un importante periodo de la formación de nuestro planeta, cuando un profundo mar de magma incandescente se extendía por la superficie de la Tierra y se adentraba cientos de kilómetros en su interior.
Reliquias geoquímicas de cuando la Tierra estuvo cubierta por un océano de magma han sido encontradas en unas rocas muy antiguas de Groenlandia.
El enfriamiento y la cristalización graduales de este océano de magma fueron los que determinaron la química del interior de la Tierra en un proceso decisivo de la formación de la estructura geológica de la Tierra así como de la primera atmósfera.
Se sabe que los impactos catastróficos de objetos celestes que se produjeron durante la formación de la Tierra y la Luna tuvieron que generar suficiente energía para fundir el interior de nuestro planeta. Pero es poco lo que se sabe sobre esta lejana y ardiente fase de la historia de la Tierra porque los procesos tectónicos han reciclado casi todas las rocas de más de 4.000 millones de años.
Ahora, un equipo que incluye a Helen Williams, de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, y Hanika Rizo, de la Universidad Carleton en Ottawa, Canadá, ha encontrado vestigios químicos de aquel océano de magma en rocas de 3.600 millones de años del sudoeste de Groenlandia.
A primera vista, las rocas que componen el cinturón de Isua en Groenlandia se parecen a cualquier basalto moderno que se pueda encontrar en el fondo del mar. Pero este afloramiento de rocas, descrito por primera vez en la década de 1960, es el que tiene las rocas más antiguas del mundo de entre todas las expuestas al aire libre. Contiene, por ejemplo, las pruebas más antiguas de vida microbiana y de tectónica de placas.
La nueva investigación muestra que las rocas de Isua también conservan un raro vestigio que incluso es anterior a la tectónica de placas: los residuos de algunos de los cristales que quedaron al enfriarse aquel océano de magma.
A primera vista, las rocas que componen el cinturón de Isua, en Groenlandia, se parecen a cualquier basalto moderno que se pueda encontrar en el fondo del mar. Pero este afloramiento rocoso es el que tiene las rocas más antiguas del mundo de entre todas las expuestas al aire libre. (Foto: Hanika Rizo)
Los hallazgos hechos en la nueva investigación respaldan por tanto la teoría largamente sostenida de que la Tierra estuvo una vez casi totalmente fundida y proporcionan una ventana a la época en la que el planeta comenzó a solidificarse y a desarrollar la química que ahora gobierna su estructura interna. Los resultados de la investigación también sugieren que otras rocas actualmente situadas en la superficie de la Tierra también pueden conservar huellas de ese océano de magma.
El estudio, titulado “Iron isotopes trace primordial magma ocean cumulates melting in Earth’s upper mantle”, se ha publicado en la revista académica Science Advances.
Fuente: NCYT de Amazings)