La ciencia y el ingenio hicieron posible el «árbol líquido», el cual constituye una alternativa para purificar el aire en grandes ciudades al actuar como fotobiorreactor o instalación para cultivos masivos de algas que producen oxígeno y disminuyen la cantidad de dióxido de carbono (CO2).
Los árboles grandes son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire atrapándolos en las hojas y la corteza.
La ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados centígrados. Por ejemplo, la ubicación correcta de los árboles alrededor de los edificios puede reducir la necesidad de aire acondicionado en un 30 por ciento, y reducir las facturas de calefacción de invierno en un 20-50 por ciento. ¿Pero si hablamos de «árboles líquidos»? ¿Donde se encuentran y que beneficios aportan al medio ambiente?.
Conociendo el innovador proyecto
El proyecto original, denominado Liquid 3, fue diseñado por el Instituto de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Belgrado, en Serbia, y está basado en un concepto de sostenibilidad alternativa para entornos urbanos que poseen un espacio limitado o que representan una fuente de contaminación elevada, donde plantar árboles resulta inviable.
La empresa YPF se sumó a esta iniciativa al instalar este tipo de “árbol líquido” en la estación de servicio que se encuentra en la avenida Figueroa Alcorta y Juramento, en la Ciudad de Buenos Aires, donde hay un módulo de microalgas que “se nutren del CO2 y del aire para crecer, purificando el ambiente”.
Cada unidad de árbol líquido “equivale aproximadamente a 20 árboles forestales jóvenes en su capacidad de purificar el aire”, se afirmó desde el dispositivo denominado Y-Algae, producido en conjunto con la empresa Y-TEC e Inbiotec-Conicet.
Parte del módulo se renueva periódicamente y las microalgas utilizadas en él, luego de un tiempo de vida útil, sirven para fertilizar la tierra.
“Los fotobiorreactores son instalaciones para el cultivo masivo de algas para distintos usos”, expresó Priscilla Minotti, que se desempeña como profesora e investigadora en la Escuela de Hábitat y Sustentabilidad de la Universidad de San Martín (Unsam).
La profesional detalló que el sistema es un gran depósito de agua con paredes transparentes y algas verdes unicelulares de agua dulce.
“Una bomba inyecta continuamente aire del entorno (con altos niveles de CO2) y hace circular el agua para que las algas, mediante la fotosíntesis, absorban el CO2 y liberen oxígeno, al igual que otros organismos fotosintéticos”, dijo.
Con información de: https://onuhabitat.org.mx/ https://noticiasambientales.com/