La Rafflesia arnoldii fue descubierta en la isla indonesa de Sumatra por Thomas Stamford Raffles y Joseph Arnold, en el año 1818.
La magnitud de la flor y su increíble peso no son las únicas dos características que sorprenden de esta especie, ya que también es llamativa por los pocos lugares en donde crece y hasta por su aroma que, contrario a lo esperable, no es agradable.
Es decir, la Rafflesia Arnoldii es nativa de los bosques húmedos de Indonesia y selvas del sudeste asiático, pero también se pueden encontrar algunos ejemplares en escenarios similares de Malasia, Tailandia y Filipinas.
La naturaleza no deja de asombrar a quien admira cada detalle de esta, ya sea grande o pequeño, siempre hay algo magnifico para destacar entre todas las cosas. Como si se tratase de un ejemplar fotografiado en algún sueño de fantasía.
La flor más grande del mundo es la Rafflesia arnoldii, que crece en los bosques del sudeste de Asia -sobre todo en Indonesia. Sus pétalos tienen hasta medio metro de longitud, con un grosor de casi 3 centímetros, y es capaz de superar los 10 kilogramos de peso.
La Rafflesia arnoldii fue descubierta en la isla indonesa de Sumatra por Thomas Stamford Raffles y Joseph Arnold, en el año 1818. Se trata de una flor de textura carnosa y colores rojizos y anaranjados. Cuenta con cinco lóbulos y tan sólo crece cada cierto tiempo, si se dan las condiciones adecuadas.
La Rafflesia arnoldii también se caracteriza por su mal olor y porque es capaz de emitir calor. Además, su planta carece de hojas, brotes y raíces, por lo que no realiza fotosíntesis.
Según investigaciones llevadas a cabo por expertos de la Universidad de Harvard, la Universidad del sur de Illinois, el Instituto Smithsoniano y la Universidad de Wisconsin, la flor más grande del mundo es producto de la evolución de otras flores minúsculas.
Sin embargo, la Rafflesia arnoldii tiene una característica peculiar (aunque no exclusiva de su tipo). A este aroma fétido que sirve para atraer insectos polinizadores que buscan animales en descomposición, la planta añade emisión de calor, lo cual también es útil para atraer insectos.
La Rafflesia arnoldi crece como parásita en los árboles, por lo cual sólo puede verse su flor. Se instala en las raíces de los mismos debajo de su tronco, de donde puede absorber los nutrientes del mismo.