La contaminación del aire es un problema de salud ambiental global que es responsable de que millones de personas mueran prematuramente cada año.
En ciudades y pueblos, el tráfico bombea contaminantes como los óxidos de nitrógeno y el monóxido de carbono directamente al aire que respiramos, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, por ejemplo.
Los gobiernos y los responsables de la toma de decisiones dependen en gran medida de los datos satelitales, como el de la misión Copernicus Sentinel-5P, y los modelos informáticos para mostrar cómo se acumula la contaminación y cómo se transporta en el aire para que puedan desarrollar estrategias de mitigación adecuadas.
El tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible subraya el derecho a la salud: garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todas las edades. La investigación en órbita, la tecnología espacial y las aplicaciones espaciales pueden ayudar a mejorar la salud en la Tierra al monitorear nuestro entorno, ayudar a rastrear enfermedades, mejorar los diagnósticos y trabajar en nuevos medicamentos, entre otras cosas. La ONU también se está enfocando particularmente este año en la cobertura universal de salud.
ESA – European Space Agency
Fuente: Tiempo (Revista RAM)