Los «bosques verticales» constituyen una buena alternativa contra la contaminación en las ciudades y la cada vez más creciente ausencia de áreas verdes en las urbes más desarrolladas. Sus beneficios son múltiples y al mismo tiempo sirven para embellecer una zona donde abundan las construcciones y el concreto.
Estos edificios medirán 200 y 108 metros, respectivamente, y contarán con cerca de mil árboles y 2.500 arbustos de 23 especies locales. La idea es que absorvan 25 toneladas de dióxido de carbono al año y puedan generar 60 kilos de oxígeno cada día.
En la estructura más alta habrá oficinas, un museo, una escuela de arquitectura ecológica y un club privado en el último piso, mientras que la menor tendrá una piscina y un hotel Hyatt de 247 habitaciones.
El encargado de este proyecto es el italiano Stefano Boeri quien ya ha construido dos de estos edificios verdes en Milán y tiene planeado otro en Lausanne, Suiza.
Esperemos que esta tendencia ecológica también forme parte de los planes de edificación de las ciudades más contaminadas como una real alternativa para combatir la polución y generar conciencia sobre la importancia de conservar la biodiversidad y las áreas verdes.