El suelo, la tierra y el cambio climático

- en El clima, Medio ambiente
2012
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El suelo contiene cantidades considerables de carbono y nitrógeno, que pueden liberarse en la atmósfera en función del uso que le demos al suelo.

La deforestación o reforestación, la descongelación del permafrost pueden decantar la presión sobre las emisiones de gases de efecto invernadero hacia un lado u otro. El cambio climático también puede alterar sustancialmente lo que los agricultores pueden producir y dónde.

El suelo y la tierra desempeñan un papel fundamental en el cambio climático, tanto como víctimas como potenciales soluciones. Aquí te presento algunos puntos clave para entender esta compleja relación:

El suelo como víctima del cambio climático:

  • Degradación del suelo:
    • El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de lluvia pueden llevar a la sequía, la erosión y la desertificación, reduciendo la fertilidad del suelo y su capacidad para retener agua.
    • Eventos climáticos extremos, como inundaciones e incendios forestales, también pueden dañar gravemente la estructura y la composición del suelo.
  • Liberación de carbono:
    • Los suelos almacenan grandes cantidades de carbono. La degradación del suelo, especialmente la deforestación y la agricultura intensiva, libera este carbono a la atmósfera en forma de dióxido de carbono (CO2), un importante gas de efecto invernadero.
  • Impacto en la agricultura:
    • La degradación del suelo y los cambios en el clima afectan la productividad agrícola, lo que puede llevar a la inseguridad alimentaria y la migración.

El suelo como solución al cambio climático:

  • Secuestro de carbono:
    • Los suelos sanos pueden capturar y almacenar grandes cantidades de CO2 de la atmósfera, ayudando a mitigar el cambio climático.
    • Prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura de conservación y la agroforestería, pueden aumentar el secuestro de carbono en el suelo.
  • Regulación del ciclo del agua:
    • Los suelos sanos pueden retener agua, reduciendo el riesgo de inundaciones y sequías.
    • La vegetación y los suelos saludables pueden influir en los patrones de lluvia locales y regionales.
  • Biodiversidad del suelo:
    • La diversidad de microorganismos en el suelo es crucial para su salud y su capacidad para secuestrar carbono y regular el ciclo del agua.
    • Proteger y restaurar la biodiversidad del suelo es esencial para la resiliencia al cambio climático.

EEA

Vía: Tiempo (Revista RAM)

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