Todos hemos admirado alguna vez alguna foto de gota de agua. El agua puede ser un bello objeto de fotografía. Su brillo, su transparencia y las impredecibles formas que adquiere cuando rebota lo convierten en el objeto de deseo de muchos, profesionales y aficionados por igual.
Si le pregutásemos a alguien qué forma tiene una gota de agua, en muchos casos nos diría que es ancha y redondeada por abajo, y estrecha y punteaguda por arriba, como una lágrima. Supongo que todos habremos dibujado alguna vez una gota de agua con esa forma. De niños, es una de las primeras cosas que se pueden dibujar fácilmente (junto con el monigote de palitos, un sol con rayos, y la casa cuadrada con tejado y chimenea con humo). Posiblemente ésta sea una de las primeras dosis de malaciencia que recibimos en nuestra educación, ya que las gotas de agua (o de cualquier líquido) no tienen esa forma.
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Vía: malaciencia Fotografía: Mukerrem Misirlioglu