Detectados apreciables niveles de ftalatos y fenoles en las personas voluntarias que participan en la campaña para denunciar la presencia de plastificantes en el cuerpo humano.
Un análisis de las muestras de orina ha confirmado plenamente que los residuos plásticos están entrando de manera significativa en el cuerpo humano. Así se ha demostrado en las analíticas practicadas a 20 personalidades (representantes de la sociedad en ámbitos de la ciencia, el deporte, la cultura, la comunicación o salud) que participan en la campaña “Salut de Plàstic”. El estudio ha sido elaborado por el Grup de Recerca en Epidemiologia Clínica i Molecular del Càncer del Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques (IMIM), por encargo de la Fundación Rezero promotora de la citada campaña.
Esta indagación ha detectado la presencia de un total de 20 sustancias relacionadas con el plástico procedentes de la exposición continuada que sufre el organismo a todas ellas.
Para su elaboración, se tomaron muestras de orina de 27 compuestos: 15 metabolitos de ftalatos (plastificantes añadidos para incrementar la flexibilidad del producto) y 12 fenoles (usados para dar forma y resistencia al plástico).

Resultados
En todos los participantes en el estudio se detectaron los 15 ftalatos; y, además, cinco de los 12 fenoles fueron hallados en todas estas personas
Y el resultado es una presencia generalizada de estos derivados plásticos en el organismo humano.
En concreto, en todos los participantes en el estudio (en los 20) se detectaron los 15 ftalatos. Además, cinco de los 12 fenoles analizados fueron detectados en todos los participantes en este estudio.
La invasión
Los datos vienen a resaltar que los residuos plásticos protagonizan una verdadera invasión del cuerpo humano.
El número total de compuestos detectados por persona ha oscilado entre un mínimo de 20 y un máximo de 23 (de los 27 que han sido analizados).
La media de compuestos hallado por individuo ha sido de 21,3.
Los contaminantes tienen como principal vía de entrada en el cuerpo humano al propio sistema alimentario. “La principal fuente de exposición son los envases de los alimentos y los propios alimentos”, señala a este diario Miquel Porta, médico, catedrático de Salud Pública, coordinador del estudio e investigador del IMIM:
El origen concreto es la migración de estas sustancias desde el plástico hacia el alimento; desde los alimentos, al cuerpo humano; y desde éstos hasta la orina.

Un hecho frecuente
“Los resultados ilustran el hecho de que la presencia de residuos plásticos en el cuerpo humano es frecuente”, señala Miquel Porta. Esta situación ya era conocida, “en buena medida gracias a diversos estudios científicos, aunque en un número aún reducido en España y en otras regiones de Europa y del mundo”,dice Porta, partidario de que las administraciones efectúen estos estudios con muestras representativas.
Pese a que estas sustancias se puedan excretar diariamente, la exposición continuada a estos compuestos tóxicos (muchos de estos disruptores endocrinos) ha sido vinculada a enfermedades como el hipotiroidismo, diabetes e infertilidad, entre otros
Estudios anteriores han permitido constatar que en los últimos años algunas sustancias organocloradas (como el DDT, la dioxinas o el PCB) han disminuido su presencia en el cuerpo humano. Sin embargo, sustancias químicas como los residuos plásticos (ftalatos, bisfenol…) o polibromatos y parabenes, la han aumentado de forma muy significativa.
Datos relevantes
Los ftalatos hallados en concentraciones más altas en el estudio son el monoetil ftalato (MEP), con una media de 52,08 nanogramos por mililitro, seguida del MiBP (17,12 ng/mL) o el MECPP (15,99 ng/mL).
Los ftalatos son substancias químicas artificiales que se usan como plastificantes y fijadores. Además, son ampliamente utilizados para incrementar la flexibilidad y elasticidad de los plásticos así como para fijar fragancias en colonias, ambientadores y otros productos. Su presencia en la vida cotidiana está muy extendida (en envases de plástico para alimento, juegos infantiles, papeles pintados, cables, colas…).
Numerosos estudios han analizado cómo los ftalatos pueden afectar a la salud y alterar el sistema endrocrino actuando como disruptores hormonales o endocrinos. Algunos de los posibles efectos asociados a la exposición a estas sustancias son el deterioro de la calidad del semen (y la alteración de las hormonas sexuales), pubertad precoz o endometriosis, entre otros.

Vía: lavanguardia