Con el inicio del otoño, la mejor estación del año para muchos, inicia uno de los eventos naturales que más nos llena de expectativas: que las hojas de los árboles cambien de color.
No solamente las temperaturas tienden hacia la baja y el año se enfila hacia su fin, iniciando la magia de la época decembrina, sino que también este espectáculo natural añade mucho al encanto de la temporada. Entonces, ¿por qué las hojas cambian de color?
¿Por qué las hojas cambian de color?
Las hojas cambian de color porque la clorofila, encargada de darles un tono verde, disminuye en la medida de que la luz solar también se reduce. La clorofila es la encargada de realizar la fotosíntesis en las plantas, que es el proceso con el cual transforman la luz solar en alimento. Millones de células de clorofila saturan las hojas de las plantas y árboles, y por eso éstos aparentan ser verdes a nuestros ojos.
Sin embargo, las hojas no solamente tienen clorofila: también contienen beta caroteno (naranja), antocianino (rojo) y flavonol (amarillo). La producción de clorofila se va reduciendo frente a una cantidad de luz solar cada vez menor al mismo tiempo que los días se hacen más cortos y las noches más largas. Tal circunstancia nos permite ver los otros químicos de las plantas y sus respectivos colores. Eso quiere decir que, de no tener clorofila, todo el año veríamos las hojas de los árboles de los mismos colores que en otoño.
¿Por qué se caen las hojas de los árboles?
Las hojas de los árboles se caen para protegerse y poder sobrevivir las bajas temperaturas del invierno. Si no dejaran caer sus hojas, éstas se congelarían, lo que perjudicaría y podría llegar a matarlos. Por lo tanto, en la medida de que la estación avanza, los árboles van cerrando todos los canales de y hacia las hojas para proteger sus ramas. Sin más agua y nutrientes, las hojas se marchitan, se debilitan en sus tallos y se caen. Ya en el suelo, se descomponen y sirven de composta para el mismo árbol. ¡Nada se desperdicia!
Fuentes: biorigenes