No es que sea precisamente una maravilla natural, sino una curiosidad donde la naturaleza ha vuelto a poner algo de orden a los desajustes que habían hecho las personas en otros tiempos.
En la costa de Mendocino, estado de California en Estados Unidos existe una playa que está conformada por millones de pequeños trozos de vidrio erosionados de tal modo que terminan formando la «arena» de la playa.
Esta particular playa está ubicada en la costa oriental de Rusia, cerca de Vladivostok, y durante muchos años funcionó como un basural gracias al descuido del hombre, ya que en ella arrojaron miles de botellas vacías que con el paso del tiempo se transformaron y convirtieron a esta playa en una de las más famosas del mundo.
Esta playa poco protegida, era el lugar en donde marineros de la Unión Soviética y camiones de residuos del cercano puerto de Vladivostok arrojaban las botellas de vodka, cerveza y vino que se consumen en gran cantidad en una de las zonas más frías del mundo.
Lejos de restarle belleza, la naturaleza y el mar se encargaron de mejorar la estética de esta abandonada playa para convertirla en una de las más particulares del mundo. Los años de erosión del oleaje y la nieve sobre los punzantes trozos de vidrio fueron puliendo sus peligrosos bordes y dándole brillo a los cristales.
Esto provocó el peligroso paisaje se transforme en una de las playas más bellas del mundo ya que en un día soleado se puede apreciar, en la bahía de Ussuri, el brillo de varios colores que parecerían ser como velas encendidas bajo el mar.
A causa de esto, las autoridades rusas han bautizado al lugar “Playa de Cristal”, y la declararon zona protegida, aunque tal vez fue un poco tarde para esa declaración. Hoy en día la pequeña bahía se ha vuelto popular entre los turistas que visitan la zona de acantilados para caminar en esa playa de colores brillantes.