Estos árboles en Slope Point, el extremo sur de Nueva Zelanda, crecen en un ángulo porque están constantemente azotadas por los vientos antárticos extremos.
Mientras crecían, los árboles estaban bombardeados por el viento que viene del Océano Austral. Sus ramas se retorcieron en dirección norte con el fin de ofrecer la menor resistencia a los fuertes vientos que vienen del Polo Sur.
Como era de esperar, nadie vive en Punta Slope. Sin embargo, al igual que prácticamente todos los demás sitios en Nueva Zelanda, encontrarás muchas ovejas. Aunque incluso estas criaturas resistentes necesitan un refugio para los elementos, y por eso, hace décadas que los agricultores locales plantan árboles jóvenes esperando que den a sus animales un respiro de las a menudo salvajes inclemencias meteorológicas.
Este es Slope Point, queda ubicado en el punto más meridional de Nueva Zelanda. Esta zona es azotada constantemente por los fuertes y fríos vientos que vienen del sudoeste, más específicamente desde la Antártida.
Los vientos son tan fuertes, frios e implacables, que los árboles crecen retorcidos y deformados, doblando sus ramas a merced del sentido en el cual el viento sopla.
En Slope Point a parte de los arboles despeinados, se pueden observar algunas ovejas pastando, ningún ser humano vive en esta zona. Sin embargo, en el lugar algunas chozas en ruinas permanecen bajo el amparo de los árboles azotados por el viento.
La población humana más cercana se ubica en un radio de cinco millas alrededor de Slope Point y consta de 58 personas.
De hecho, no hay camino que lleve a Slope Point. La forma más rápida de llegar es haciendo una caminata de veinte minutos a pie desde el punto más cercano.