Un grupo de científicos de la Universidad de Akron e Illinois ha logrado imitar en un material la superficie del armazón de un escarabajo africano que tiene como cualidad capturar el agua de la niebla. Gracias a este invento se podrán desarrollar herramientas útiles en entornos secos, como contenedores que se rellenen al exponerlos al viento.
En el desierto de Namibia, al suroeste de África, existe un pequeño escarabajo capaz de aportar una increíble solución para aquellas personas que viven en zonas de sequía o escasez de agua. Se trata del Stenocara gracilipes, un insecto de largas patas que tiene como especial habilidad capturar gotas de agua en su pequeño torso para consumirlas después.
Durante años, los científicos han tratado de aprender los secretos que alberga el caparazón del insecto para poder realizar esta hazaña con el fin de proporcionar agua limpia a las comunidades en áreas con escasez de agua. Sin embargo, en todas las ocasiones su trabajo ha sido infructuoso, hasta ahora.
Así lo ha demostrado una reciente investigación, encabezada por Hunter King, un físico de la Universidad de Akron, en Ohio, en la cual se ha logrado encontrar el material y el formato idóneo para capturar el agua de la niebla.

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Cabe destacar que, en algunas zonas secas como el borde del desierto del Sahara, en Marruecos, los residentes han estado cosechando niebla durante años gracias a unas mallas. Incluso existen árboles en países como Chile capaces de recolectar aproximadamente 200 litros de agua al día de media. Sin embargo, estas técnicas siguen siendo muy ineficientes, tal y como ha destacado Fan Kiat Chan, de la Universidad de Illinois: “La niebla sigue siendo un recurso difícil de capturar”.
Para poder desarrollar su descubrimiento, King y su equipo utilizaron la impresión 3D para crear varias esferas con tres diferentes texturas de superficie y las probaron en un túnel de viento especialmente diseñado para ver cuánta agua podían sacar de un entorno similar a la niebla.
Gracias al experimento, descubrieron que la una superficie abarrotada de hendiduras circulares de 1 milímetro puede atrapar gotas con casi 2.5 veces la eficiencia de una esfera lisa con la misma superficie.
Además de los agujeros, Fan Kiat Chan descubrió que otro de los factores que entraron en juego fue la lubricación de la superficie: “Si hay una película de agua en la superficie preparada para atrapar, terminará por ser menos eficiente”, ha comentado el experto.
Fan Kiat Chan ha explicado que, si se pueden llegar a manipular las propiedades de los objetos para crear materiales con este tipo de rugosidad, es posible que muchos ingenieros puedan crear herramientas de recolección de agua, como una botella que se pueda rellenar con la brisa de la mañana.
No obstante, aún queda por ver y analizar que tecnologías se beneficiarían más de este invento, tal y como apunta Jonathan Boreyko, ingeniero biomecánico en el Instituto Politécnico de Virginia y experto ajeno al trabajo: “Ahora nos tenemos que preguntar si podemos extrapolar este desarrollo en la creación de una herramienta lo suficientemente grande como para satisfacer las necesidades humanas”.

Vía: elagoradiario