Las dunas son indicadores claros de la presencia de vientos, como podemos ver en la superficie de este cráter marciano, fotografiado por la sonda Mars Express de la ESA.
Un paisaje perpetuo, detenido en el tiempo como un desierto de hielo. Hasta ahora, las dunas de arena de una vasta región del norte de Marte se creían congeladas, una foto fija, pero los científicos han descubierto en la zona cambios repentinos. Bruscas avalanchas de arena, nuevos nichos y barrancos que aparecen por sorpresa… ¿Cómo puede producirse todo eso si, según parecía, el viento marciano no era capaz siquiera de levantar unos cuantos granos de arena? ¿Qué lo ha provocado? Los científicos creen saber la respuesta: capas heladas de dióxido de carbono que cambian según la estación y una inusitada fuerza del viento, mucho mayor de la esperada.
En ciertas depresiones, como los cráteres de impacto, pueden acumularse sedimentos arrastrados desde otros lugares, formando distintos patrones por acción de los fuertes vientos.
El campo de dunas de este cráter de impacto sin nombre, de 48 km de ancho, situado en los altiplanos sur de Marte, incluye dunas en forma de media luna, conocidas como barjanes, y crestas en paralelo, denominadas dunas transversales.
Una lengua de arena uniforme se extiende entre las dunas y la pared occidental del cráter.
Los barjanes son el tipo de duna más común en Marte y también son preponderantes en los desiertos de nuestro planeta. El talud que mira hacia el viento es más suave, mientras que el talud contrario es más empinado y curvado; además, los ?cuernos? de cada duna apuntan en la dirección en que sopla el viento. Así, en este ejemplo entendemos que en el momento en que se formaron las dunas soplaba un viento del sureste.
Muchos cráteres cercanos de la región también contienen dunas y muestran un desplazamiento hacia el noroeste de los campos de dunas respecto al centro de los cráteres, lo que implicaría una dirección uniforme del viento, procedente del sureste.
Al sur del campo de dunas en el cráter mayor, una única duna transversal más larga se extiende varios kilómetros más allá del campo principal. Quizá la topografía subyacente, en combinación con los vientos cercanos a la superficie, provocaron que los sedimentos se apilaran en ese lugar, o quizá con el tiempo se unieron varios barjanes de menor tamaño.
Esta escena se encuentra al sur de Tharsis, la mayor provincia volcánica de Marte, que alberga Olympus Mons. La actividad volcánica de Tharsis produjo grandes cantidades de basalto, depósitos piroclásticos finos y ceniza, que probablemente se desplazaron por la región, dando lugar a los materiales oscuros que actualmente se observa en las dunas de estos cráteres. (Fuente: ESA)