Se trata de dos pequeños resplandores que se forman a ambos lados del Sol cuando hay un cierto tipo de nubes (los cirros, esas nubes con aspecto de «filamentos» o de «copos de algodón»).
Estas nubes contienen cristales de hielo que actúan como pequeños prismas que son, refractando los rayos del Sol, es decir, desviando parte de esos rayos a otro lugar y formando así los parhelios. Estos se ven entonces como si fuera un Sol tras las nubes, aunque menos brillante que el Sol real.
No siempre se ven los dos parhelios; muchas veces sólo hay cirros en un lado del Sol y sólo se forma uno. En realidad, como se intuye en la foto, los parhelios son solamente los puntos más luminosos de un halo irisado que rodea al Sol (formado por la misma causa que los parhelios), pero el halo rara vez se ve entero.
No siempre tienen el mismo aspecto. A veces los parhelios aparecen como una mancha luminosa redonda, como un Sol menos brillante; otras veces aparecen más alargados en sentido vertical y/o se descomponen en los colores del arco iris.
En ocasiones parecen pequeños fragmentos de arco iris (pero no se deben confundir con éste, pues los parhelios siempre aparecen junto al Sol, mientras que el arco iris aparece en el lado del cielo opuesto al Sol).
Fotografías: Jørn Allan Pedersen, Tony Lee, Nicolas Patault
Vía: astrocantabria.org