Los fenómenos meteorológicos son fenómenos naturales que se dan en la atmósfera y que, según su grado de intensidad, pueden tener efectos positivos o negativos en los ecosistemas y, por ello, en las sociedades humanas.
Existen una gran diversidad de fenómenos meteorológicos pero, a pesar de ello, muchas veces no sabríamos catalogarlos o identificarlos más allá de la lluvia, la nieve o la tormenta. Si quieres conocer cuáles son los fenómenos meteorológicos más comunes, así como algunas de sus características más llamativas, sigue leyendo la nota…
Qué son los fenómenos meteorológicos
Se suele caer en el error de considerar un fenómeno meteorológico como cualquier tipo de fenómeno natural que acontece en un espacio determinado. Sin embargo, la clave a la hora de identificar un fenómeno meteorológico es que, se trata solo de un tipo de fenómeno natural, y son los que tienen lugar en la atmósfera o, en cierta medida, están propiciados por la actividad o inactividad de esta.
De este modo, quedarían fuera de los fenómenos meteorológicos, por ejemplo los terremotos que, si bien es cierto que constituyen un tipo de fenómeno natural, no podrían ser catalogados como “meteorológicos” dado que no tienen ningún tipo de relación con la actividad de la atmósfera.
Tipos de fenómenos meteorológicos
Dentro de los fenómenos meteorológicos vamos a encontrar dos grandes tipos de fenómenos: los normales y los extremos. Los fenómenos meteorológicos normales son aquellos que, independientemente del daño que puedan causar, se manifiestan a una escala y en un momento que están considerados como normales de la actividad meteorológica del espacio en donde tienen lugar.
Por el contrario, cuando hablamos de fenómenos meteorológicos extremos, nos estamos refiriendo a fenómenos que se manifiestan de una forma desmedida y fuera de lo que está considerado como normal dentro de la forma que tiene de comportarse la atmósfera para un lugar y tiempo concretos. De esta categoría de fenómenos meteorológicos extremosencontraríamos los huracanes y los tornados más grandes, las sequías, las inundaciones, o las olas de frío o de calor extremo.
Los fenómenos meteorológicos más comunes
Sin embargo, los fenómenos meteorológicos extremos, por suerte, no son lo más común en el día a día de nuestra atmósfera. Si bien es cierto que el cambio climático hace que se trate de fenómenos cada vez más usuales, la verdad es que los fenómenos meteorológicos habituales suelen ser de una intensidad media o moderada y, de acuerdo al lugar y el momento del año en el que se manifiesten, no deberían tener efectos especialmente dañinos en los entornos a los que afectan. Estos son los más comunes:
Lluvia
La lluvia es el fenómeno meteorológico más conocido de todos. Se manifiesta cuando las nubes pasan de estado gaseoso a estado líquido tras la condensación, lo que produce que el agua se precipite en forma de gotas sobre la superficie terrestre, para luego evaporarse de nuevo y formar las nubes.
Tormenta eléctrica
La tormenta eléctrica es un tipo de fenómeno natural vinculado a la lluvia, ya que suelen manifestarse juntos, aunque no siempre es así. La tormenta eléctrica se produce por un tipo de nubes concretas que, además de producir lluvia, generan otros fenómenos propios de las tormentas eléctricas como son los rayos, los truenos y las centellas.
Viento
El viento se caracteriza por el desplazamiento del aire atmosférico a velocidades y direcciones concretas. Los vientos pueden proceder de cualquier dirección y dirigirse igualmente en cualquier dirección. De este modo, hablaremos de vientos procedentes del norte, del sur, del este, del oeste, o de cualquiera de sus combinaciones.
Niebla
La niebla es uno de los fenómenos atmosféricos más comunes en invierno. Se caracteriza por la presencia de nubes pero, en este caso, se ubican en la superficie del planeta, más cerca del suelo de lo normal. Esto conlleva que la visibilidad y la temperatura desciendan considerablemente, debido a que la luz del sol no puede penetrar en su totalidad a través de la presencia de las nubes.
Nieve
La nieve es similar a la lluvia pero, en este caso, se produce a temperaturas inferiores a los 0 ºC, lo que conlleva que el estado de la lluvia no sea líquido sino sólido, produciendo copos de nieve en vez de gotas de lluvia.
Arco iris
Se trata de un efecto meteorológico que resulta de la fragmentación de la luz solar al pasar a través de las gotas de lluvia suspendidas en la atmósfera, que tiene como resultado que se pueda ver el espectro de los colores de la luz visible en forma de arco en algún punto concreto de la atmósfera. Suele manifestarse después de la lluvia o la tormenta.
Heladas
Las heladas tienen lugar por las noches de invierno a causa del descenso brusco de las temperaturas. A pesar de manifestarse como una capa de hielo o escarcha en las superficies, no implica necesariamente que se haya producido lluvia u otro fenómeno meteorológico similar. En este caso, el hielo procede del agua presente de forma natural en el ambiente, que debido a las bajas temperaturas se congela por la noche.
Anticiclón
Se trata de un fenómeno meterológico que a veces puede pasar desapercibido debido, precisamente, a que se caracteriza por la ausencia de actividad meteorológica pero que, al fin y al cabo, también es una forma de manifestarse que tiene la atmósfera. En este caso, estamos hablando de la ausencia de nubes de cualquier tipo, lo que suele ir acompañado también de ausencia de vientos. El resultado es una atmósfera despejada y una temperatura muy fría en invierno y muy caliente en verano, así como lo que se suele llamar comúnmente como “día soleado”.
Vía: EcologíaVerde