Así es, y más largo que cuando el ambiente es más cálido: la temperatura tiene bastante la culpa.
Las tormentas que se desarrollan cuando hace más frío pueden dar lugar a truenos más fuertes y duraderos que en los truenos de climas más cálidos.
Esto ocurre debido a la forma en que el sonido viaja en condiciones más frías y en ocasiones se encuentra con la inversión de temperatura, o sea, cuando una capa de aire más caliente se encuentra sobre una capa de aire más frío cerca de la superficie.
El papel de las inversiones
Una capa más cálida puede situarse sobre otra más fría generado una inversión térmica y ésta también puede influir en cómo suena el trueno.
En estas condiciones, si se genera un trueno en la lejanía o en una tormenta elevada, entonces el sonido del trueno puede viajar en el canal de la inversión.
El trueno en un tiempo y clima más cálido generalmente se disipa en todas las direcciones. Sin embargo, cuando el aire está frío en la superficie, el aire más cálido en la atmósfera algo más arriba actúa casi como un techo, atrapando el sonido y luego refractándolo de nuevo hacia el suelo. Esta refracción puede amplificar el sonido del trueno. También puede hacer que el sonido perdure.
Las ondas de sonido también se mueven más lentamente en el aire frío (y más rápido en el aire más cálido) amplificando estos efectos de sonido.
Hay menos truenos en los meses fríos pero en muchas ocasiones estos son más intensos al oído humano: cosas de la atmósfera.
Vía: Tiempo (Revista RAM)