Marte no deja de sorprender a los ivnestigadores. Ahora, la NASA ha recuperado una imagen en la que muestra una montaña totalmente hueca, una suerte de «tragaluz» de casi 30 metros de profundidad que muestra parte de una cueva subterránea marciana.
La formación se encuentra en las laderas occidentales de un volcán llamado Pavonis Mons, cuyas regiones circundantes muestran algunas características geológicas impresionantes. Hay largos tubos de lava serpenteantes, fallas y un gran cráter volcánico. Concretamente, la instantánea fue tomada por el orbitador Mars HiRise en 2011.
Después de la sorpresa inicial, los científicos observaron que realmente no había nada dentro. Es decir, que era una supericie que se abría a un tubo interior por el que a veces los flujos de lava pueden solidificarse en la superficie mientras el magma aún caliente continúa debajo. Después se drena la cavidad, lo que conforma la «cueva» subterránea. Con el tiempo, las secciones superiores (el «techo» de la cueva) se colapsan, cayendo al centro en forma de cono y dejando esa «ventana» que a día de hoy podemos observar.
El análisis de este tragaluz reveló que la abertura tenía unos 35 metros de ancho por unos 28 metros de profundidad (hasta los primeros escombros, si bien la abertura podría ser aún más honda.
Este tipo de formaciones son interesantes porque se podrían establecer bases subterráneas que protegieran de la radiación a los equipos o incluso incursiones humanas futuras. Además, son un buen lugar para buscar signos de vida en el planeta rojo. «Los agujeros como este son de particular interés porque sus cuevas interiores están relativamente protegidas de la dura superficie de Marte, lo que los convierte en candidatas relativamente buenos para contener la vida marciana. Por lo tanto, estos pozos son objetivos principales para posibles futuras naves espaciales, robots e incluso exploradores interplanetarios humanos», afirman desde la NASA.
Vía: abc.es/ciencia