Barriendo la basura espacial

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Allí arriba, donde lo satélites meteorológicos (Meteosat, Sentinel. Metop, etc.) envían datos e imágenes del tiempo en la Tierra, el tráfico y la basura satelitales abundan ¿Qué hacer?

ClearSpace-1, la primera misión espacial que desorbitará basura espacial, será lanzada en 2025. Esta misión será fruto de un contrato de servicio con un consorcio comercial liderado por una empresa emergente, y contribuirá a establecer un nuevo mercado para los servicios en órbita y la eliminación de desechos espaciales.

La basura espacial es un problema creciente que representa un peligro real para las misiones espaciales y la infraestructura terrestre. Se compone de objetos artificiales que orbitan la Tierra y que ya no tienen utilidad, como satélites inactivos, restos de cohetes y fragmentos de colisiones.

¿Qué es la basura espacial?

  • La basura espacial incluye cualquier objeto creado por el ser humano que se encuentra en el espacio y que ya no cumple una función útil.
  • Estos desechos pueden variar en tamaño, desde pequeños fragmentos hasta satélites enteros.
  • La velocidad a la que se mueven estos objetos, que puede superar los 28.000 kilómetros por hora, los convierte en proyectiles peligrosos.

Una vez finalizado el procedimiento de licitación, el consorcio liderado por la empresa emergente suiza ClearSpace —empresa derivada fundada por un experimentado equipo de investigadores especializados en desechos espaciales con base en el instituto de investigación de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL)— será invitado a presentar su propuesta definitiva antes de que el proyecto comience el próximo mes de marzo.

Distribución de la basura espacial alrededor de la Tierra

“Este es el momento apropiado para una misión así —señala Luc Piguet, fundador y CEO de ClearSpace—. El problema de la basura espacial es más acuciante que nunca. Hoy en día tenemos casi 2.000 satélites operativos en el espacio y más de 3.000 fuera de servicio”.

“Y, en los próximos años, su número aumentará un orden de magnitud, con múltiples megaconstelaciones formadas por cientos o incluso miles de satélites en órbita baja terrestre que, previsiblemente, proporcionarán telecomunicaciones y servicios de vigilancia de gran cobertura y baja latencia. Está claro que necesitamos un ‘remolque’ para retirar los satélites fallidos de esta región con tanto tráfico”.

En Space19+, el Consejo Ministerial de la ESA que tuvo lugar en Sevilla a finales de noviembre, los ministros de los Estados miembros acordaron firmar un contrato de servicio con un proveedor comercial para la retirada segura de la órbita baja terrestre de un objeto inactivo propiedad de la ESA.

ClearSpace-1

Con el respaldo del nuevo programa Seguridad Espacial de la ESA, el objetivo es contribuir activamente a la limpieza del espacio y, al mismo tiempo, demostrar las tecnologías necesarias para la eliminación de basura espacial.

“Basta imaginar lo peligroso que sería navegar en alta mar si todos los barcos perdidos en la historia aún estuvieran flotando en el agua”, explica Jan Wörner, director general de la ESA.

“Esa es la situación actual en órbita, y no podemos dejar que continúe así. Los Estados miembros de la ESA han mostrado su firme apoyo a esta nueva misión, que también marca el camino que debemos seguir en el futuro en lo relativo a nuevos servicios comerciales”.

El objetivo de ClearSpace-1 será la pieza superior cónica del adaptador de carga útil que puso Proba-V en órbita

“Aunque mañana se detuvieran todos los lanzamientos al espacio, las proyecciones muestran que la población total de desechos orbitales seguirá creciendo, ya que las colisiones entre objetos generan nuevos desechos mediante un efecto en cascada —apunta Luisa Innocenti, responsable de la iniciativa Espacio Limpio de la ESA—. Necesitamos desarrollar tecnologías que eviten la creación de nuevos desechos y que permitan retirar los ya existentes”.

“Estudios de la NASA y la ESA muestran que la única manera de estabilizar el entorno orbital es eliminando activamente los residuos de gran tamaño. Así, vamos a seguir desarrollando las tecnologías esenciales de guiado, navegación y control, así como métodos de encuentro y captura, mediante un nuevo proyecto denominado ADRIOS (Eliminación Activa de Desechos/Servicios en Órbita). Los resultados se aplicarán a ClearSpace-1. Esta nueva misión, implementada por un equipo de la ESA, permitirá demostrar estas tecnologías y constituirá un hito histórico mundial”.

Etapa superior Vespa, capturada por ClearSpace-1

La misión ClearSpace-1 tendrá como objetivo la etapa superior Vespa (Adaptador de la Carga Útil Secundaria de Vega), abandonada en una órbita de entre 800 y 660 km de altitud tras el segundo vuelo del lanzador Vega de la ESA en 2013. Con una masa de 100 kg, Vespa tiene un tamaño similar al de un satélite pequeño, mientras que su forma simple y su robusta construcción hacen que sea un primer candidato ideal, antes de pasar a capturas mayores y más difíciles en misiones posteriores, que con el tiempo también incluirán capturas multiobjeto.

El satélite “cazador” ClearSpace-1 se lanzará a una órbita inferior de 500 km de altitud para una serie de ensayos críticos y de puesta en servicio antes de ascender a la órbita final para encontrarse y capturar el objeto empleando cuatro brazos robóticos bajo la supervisión de la ESA. Después, tanto el satélite de captura como Vespa se desorbitarán para que se desintegren en la atmósfera.

ESA www.esa.int

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